Dámaso López Núñez «El Licenciado» negó tener protección policial y dijo que no hablaría de más ante autoridades investigadoras, porque dentro de ellas había «orejas» que informarían a los señalados en cualquier delación.
Tras su captura, el pasado martes en la Colonia Anzures, funcionarios federales interrogaron al presunto operador del Cártel de Sinaloa y le insistieron en que dijera quiénes eran esas «orejas», sin embargo, respondió que no sabía.
Fue totalmente hermético y no dijo una sola palabra al respecto, comentaron fuentes del Gobierno Federal.
De acuerdo con autoridades, «El Licenciado» no usaba escoltas por lo menos en los dos meses que llevaba ocultándose en la Ciudad de México.
Más que funcionarios a su servicio, en el pasado reciente, el nombre del presunto narcotraficante apareció vinculado a personas que vigilaban los movimientos de servidores públicos.
Una investigación de la PGR relacionó a López Núñez con una red de espionaje montada por el Cártel de Sinaloa, para que sus líderes evadieran operativos de captura y consiguieran todo tipo de información institucional.
El 21 de julio de 2009, la Procuraduría detuvo en Culiacán a Sandra Gisel Acosta Quintero, César Tovar Chávez, Vanesa Selene Muñiz Ortiz y Juan José Olguín Casillas, en un operativo de 11 cateos.
Los tres últimos sospechosos fueron acusados de operar un sistema de escuchas telefónicas para la organización criminal de Joaquín «El Chapo» Guzmán, sin embargo, las autoridades identificaron a Acosta Quintero como la jefa de esta célula delictiva.
Ella fue consignada por los delitos de delincuencia organizada, lavado de dinero y posesión de armas de uso exclusivo del Ejército en el Penal de Atlacholoaya, en Morelos.
Las investigaciones arrojaron que Acosta Quintero estaba vinculada con «El Licenciado», el ex director de Seguridad y Custodia del Penal de Occidente, Jalisco, donde ayudó a escapar al «Chapo» el 19 de enero de 2001.
Dos meses antes de la captura de Acosta, en mayo de 2009, el Ejército aseguró también en la capital sinaloense una camioneta Hummer con una serie de documentos que en apariencia revelaban la logística de protección y contraespionaje del Cártel de Sinaloa.
Había directorios telefónicos de mandos de la Policía Federal, notas informativas y una relatoría de las gestiones que algunos miembros de la organización realizaban para obtener información de operativos y radares de intercepción aérea.
En uno de los documentos titulado «Asunto: Rancho y casa en la SIEDO», se menciona que alguien hizo saber a la subprocuraduría que un sujeto con el nombre de «El Licenciado» estaba enfermo.
«Tengo que ir a la SIEDO a notificarme y hablar con la MP, acuérdese que presenté una promoción donde le informo que el señor Dámaso se encuentra enfermo y acompañé al escrito su historial clínico, necesito saber si me acordó para bien o para mal. Si la MP va a venir o no a Culiacán a efecto de recabar la declaración. Por teléfono no informan nada», dice el texto.
Fuente: Reforma