Solo en el Volcán se dan este tipo de emociones, la fe inquebrantable de Tigres y de André-Pierre Gignac resucitó a Tigres en la Final. El delantero francés de Tigres necesitó de dos minutos, dos instantes de inspiración para echar a la basura lo que parecía un ejercicio perfecto de Chivas a la defensiva.
El Rebaño Sagrado tenía medio título en la bolsa, pero Gignac decidió que no, que había que jugar otro partido y que hay Final para la vuelta. Tigres parecía noqueado, pero en dos minutos Gignac lo levantó de la lona. Un 2-2 que augura un juego apasionante para el domingo.
Alan Pulido y Rodolfo Pizarro marcaron los dos goles del Rebaño Sagrado.
Fuente: Milenio