La Seattle estadounidense de finales de los ochenta bullía con una propuesta musical que definió el camino de la década del noventa. En el panorama de la música rock, el grunge, como fue conocido ese sonido, se convirtió en el escape de los jóvenes que veían la industria discográfica como una maquinaría lejana que no los representaba en lo absoluto.
En la primera línea del movimiento estaban Nirvana, Pearl Jam, Alice in Chains y Soundgarden, esta última alcanzó la fama con Chris Cornell como cantante.
Él hizo parte fundamental del grunge, y su voz, cercana al heavy metal y mucho más potente que las de sus pares, rápidamente lo puso en un lugar privilegiado.
En el escenario tenía una presencia fuerte, era carismático al borde de lo hipnótico. Demostró con una carrera larga y constante su talante: Soundgarden, Temple of the Dog, Audioslave y sus últimos trabajos como solista quedan como herencia de un talentoso cantante y compositor.
Cuatro eran los pilares del estilo vocal que introdujo el grunge. Sus personalidades variadas y sus voces características los diferenciaron y los volvieron embajadores de su generación.
Cornell es el tercer vocalista de esa camada que fallece: Kurt Cobain, líder de Nirvana, fue encontrado muerto en 1994 en el momento más alto de su carrera y después de un exitoso Unplugged para el canal MTV en la ciudad de Nueva York, que se lanzó como disco un año después de su grabación.
A Layne Staley, el vocalista de Alice in Chains, se le veía deteriorado y errático antes de la sobredosis que terminó su vida en 2002.
Eddie Vedder, el cantante de Pearl Jam, es ahora el único representante de una generación que cambió de manera radical la forma en que los jóvenes hacían y consumían la música en los noventa.
Fuente: El Colombiano