El exsecreatario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda, se refirió al anunció que hizo la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, sobre la salida de su país de la Organización de Estados Americanos (OEA) y comentó que se deben seguir una serie de pasos, de acuerdo con la Carta de Bogotá de 1948 que implican dos años en el proceso de retiro de este organismo regional.
Además, agregó, el Estado saliente debe saldar sus deudas en cuotas antes de poder salir por lo que no es que Venezuela a partir de mañana ya no esté, aunque puede retirar ya a su embajador o representante permanente o al personal que puedan tener en el secretariado, pero jurídicamente es un proceso que dura dos años.
«De aquí a dos años pueden pasar muchas cosas en Venezuela, entonces no hay que verlo como un asunto jurídicamente tajante, pero sí hay que verlo políticamente como una decisión importante, muy negativa, muy criticable que toma el gobierno de Venezuela, seguramente lo seguirán los gobiernos de Nicaragua y de Bolivia. De El Salvador no creo, de Ecuador no creo, pero los dos primeros es muy posible que también se retiren», indicó.
Comentó que al salir de la OEA, los países también abandonan el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por lo que este organismo ya no puede dar préstamos y aunque para países como México o Venezuela no sea lo más importante, para Nicaragua y Bolivia sí.
El académico dijo que esto ya se esperaba desde hace casi un año y hasta hoy se tomó la decisión probablemente porque ya se dieron cuenta los venezolanos que ya no tienen los votos en la OEA para impedir una resolución que invoque el Artículo 24 de la Carta Democrática Interamericana y que les exija celebrar elecciones de aquí a tres meses y de no hacerlo, sería suspendido.
Entonces, indicó, antes de que a ellos los suspendan, mejor se van; «no es una mala jugada pero va a contribuir al aislamiento mayor de Venezuela», indicó el excanciller.
Opinó que es importante la necesidad de que una gestión de otro tipo, no pública, pero donde ya se empiece a buscar una solución de fondo para la situación venezolana, que no será fácil, requiere de mucho talento e imaginación y del peso de tres o cuatro países de América Latina.
«Esa solución ya es urgente porque esto va a acabar muy, muy mal. Solo aventuraría una hipótesis y no voy a ir más lejos (…) La solución de la crisis venezolana pasa por La Habana».