Francisco lamentó hoy que los traficantes de armas ganen “con la sangre de los hombres y de las mujeres”, e instó al mundo a detener las espirales de violencia que sólo benefician a unos pocos “señores de la guerra”.
«Creo que hoy el pecado se manifiesta con toda su fuerza de destrucción en las guerras, en las diferentes formas de violencia y maltrato, en el abandono de los más frágiles. Y los que pagan la factura siempre son los últimos, los inermes”, dijo el Papa, en una entrevista publicada por el diario italiano “La Repubblica”.
Se preguntó para qué sirven las guerras, afirmó que la violencia sólo provoca represalias e insistió que la violencia no es la cura para el mundo destrozado.
Consideró que responder a la violencia con la violencia conduce a migraciones forzadas y a enormes sufrimientos, porque grandes cantidades de recursos son destinados a objetivos militares y sustraídos a las exigencias cotidianas de los jóvenes, de las familias en dificultades, de los ancianos, de los enfermos, de la gran mayoría de los habitantes del mundo.
Fuente: Excélsior