POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
Me lo ha escrito esta semana un amable lector al respecto de la digitalización de los servicios bancarios y entiendo lo que él (siendo un Millennial) me está externando acerca de la “desconfianza en el Internet para depender absolutamente de operaciones financieras en la red” en las que no mediará más un ejecutivo de cuenta.
Claro, con tanto hacker maniobrando maliciosamente, la época de Al Capone es de mera historieta; que hoy en día se hable de un grupo de hackers diseminados en Europa del Este como posibles influencers en las elecciones de Estados Unidos sigue pareciendo cosa de ciencia ficción, empero, la realidad nos está demostrando todo lo contrario.
Y por supuesto preocupa tanto a los usuarios de Internet como a los proveedores de los servicios sean financieros, comerciales, de asesoría o de cualquier tipo en el que deba filtrarse información de la persona: desde su identidad hasta el recurrir a teclear el dígito de control de su tarjeta de crédito para pagar por una reserva o una compra.
Hay mucho de ingenuidad en que nada nos fallará después de dar el teclazo aprobando la operación, sin embargo, ay vaya que suceden casos de fraudes cibernéticos.
El meollo es que cada vez hay menos infalibles pasando por Amazon, eBay, diversas instituciones financieras hasta lo menos sofisticado como una compra/venta en un mercado de segunda mano o para coleccionistas.
Al respecto Paypal expone una serie de “sencillos consejos” algunos truquillos para tratar de estar lo mejor salvaguardados posible ante cualquier operación virtual.
Por ejemplo: 1) Al explorar los pasillos de compras virtuales, asegúrese de utilizar una contraseña segura. Al configurar una cuenta en una tienda en Internet, no elija palabras cotidianas, nombres de familiares o fechas de cumpleaños. Mejor, utilice combinaciones de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. Y tenga una contraseña diferente para cada cuenta. 2) Un proceso seguro de pago. Asegúrese de que la tienda en Internet utiliza Secure Sockets Layer (SSL), que codifica información delicada. Busque el icono del candado cerrado en la parte inferior de la ventana de su navegador para ver si está protegido. 3) Acreditación del vendedor. Busque revisiones de otros compradores. Muchos sitios de comercio electrónico tienen sistemas de votos que incluyen comentarios y clasificaciones de otros compradores. 4) Busque una política de reembolso o de devoluciones. Si no hay publicada una política, pregunte al vendedor si hay un límite de tiempo para devolver un artículo y si se ofrece un reembolso total o un crédito de mercancías.
Además amigo lector tome distancia de aquello que sea demasiado bueno para ser verdad… cuidado con los ganchos, las ofertazas, la ganga que aparentemente nos hace ganadores (ante el supuesto ahorro) y que luego es un quebradero de cabeza.
Desde que arrancó 2017, en España se inició una investigación en el Juzgado 32 de Madrid ante la cantidad de denuncias interpuestas en diversas comisarías por personas que habían pagado por televisiones, cámaras y otros aparatos electrónicos a precios de “ofertas increíbles” previo a la Navidad.
Los compradores denunciaron a itecnomarket.com y planetatv.es por venderles artículos y facturarlos en el momento de la adquisición virtual pero sin haberlos enviado en la realidad. Hay más de un centenar de denuncias aunque se estima en más de tres mil las personas dañadas por una estafa cercana al millón de euros, según las autoridades que lo investigan.
A COLACIÓN
Si hipotéticamente un equipo de hackers puede inmiscuirse en un proceso electoral, es obvio que la vulnerabilidad de una persona normal hacia el mundo virtual lleva intrínseca una exposición al riesgo. ¿Qué tal si alguien se cuela en tus cuentas, sabe tus claves y te espía al tal grado que puede llegar a saberlo todo acerca de su víctima?
De hecho, la ONU bastante consternada, advierte que “el delito cibernético es una forma emergente de la delincuencia transnacional y uno de los de más rápido crecimiento”.
Según cálculos del organismo internacional, la ciberdelincuencia mueve en el mundo 3 billones de dólares anualmente y en la medida que va generalizándose incentiva una desconfianza de las personas hacia creer en la ciberseguridad de sus transacciones.
Estamos hablando que hay un millón de víctimas cada día, esto es, 14 adultos cada segundo y por desgracia va en aumento; “los delitos relacionados con la identidad son las formas más comunes y de mayor crecimiento de fraude al consumidor en Internet, especialmente a través del mal uso de la información de tarjetas de crédito. Se sabe de hasta 80 millones de ataques de hackers automatizados todos los días.