Se trata de siete hombres y una mujer; los acusados son miembros de una familia de apellidos Rendón Reyes
Ocho personas de origen mexicano se declararon aquí culpables de participar en un esquema para la prostitución forzada de mujeres y niñas, informó el Departamento de Estado.
En un comunicado, la dependencia explicó que se trata de siete hombres y una mujer que llevaban a sus víctimas de México a Estados Unidos.
Los ocho acusados comparecieron ante una corte federal de Nueva York y aceptaron su culpabilidad en delitos relacionados con tráfico sexual, crimen organizado y lavado de dinero.
La fiscalía del Distrito Este de Nueva York detalló que durante más de una década los acusados contrabandearon a sus víctimas a Estados Unidos para forzarlas a dedicarse a la prostitución.
Las autoridades señalaron que las ganancias eran enviadas a México, donde la red criminal «lavaba» dichos recursos.
Cinco de los acusados fueron detenidos en México en 2015 y luego extraditados, mientras los otros tres fueron arrestados el mismo año en Estados Unidos, de acuerdo con el Departamento de Justicia.
Los acusados son miembros de una familia de apellidos Rendón Reyes y sus edades oscilan entre los 28 y 47 años.
Según los documentos presentados ante el tribunal, los acusados reclutaron a mujeres y niñas de México con falsas promesas, las introdujeron de contrabando a Estados Unidos y las prostituyeron en Nueva York y Georgia.
Durante sus audiencias, los ocho acusados admitieron de manera colectiva participar en el tráfico sexual de nueve mujeres y dos niñas, así como en la prostitución de una duodécima mujer.
Cada acusado enfrenta una condena máxima de cadena perpetua, además de que deberá pagar restitución a las víctimas.
“El Departamento de Justicia se ha comprometido a llevar ante la justicia a cualquier persona que se dedique al abominable crimen de la trata de personas”, señaló el procurador general de Justicia, Jeff Sessions.
El funcionario agradeció a las autoridades mexicanas por trabajar en estrecha colaboración con Estados Unidos a fin de desmantelar las redes de tráfico y proteger vidas inocentes.
Fuente: La Razón