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La volvieron a Cruzazulear

Publicado por
Héctor García

Cruz Azul necesitaba ganar, le urgía, pero no pudo. Aquí terminó su historia en el Clausura. La Liguilla ya es impensable y más cuando la mediocridad alcanza niveles tan altos como el de este equipo. Morelia, con 10 hombres, le sacó un empate (1-1) en los últimos minutos de esos que duelen mucho, que amargan tanto. Así la triste realidad de este equipo.

Y es que La Máquina de Jémez ya está en el punto que merece por tanta ineficacia, ahogado en problemas porcentuales y a punto de firmar la sexta temporada sin Liguilla. No hay perdón para un equipo que ha vuelto a arrastrar el prestigio.

Y eso que a diferencia de otros partidos, Cruz Azul había manejado con calma el trámite, sin precipitarse como suele ser la costumbre. Tuvo la ventaja, pero la dejó ir, con esa incapacidad mental de aguantar marcadores.

LA MISMA HISTORIA

Este juego fue como una calaca del que se dio el martes en la Copa; Morelia le cedió la iniciativa al conjunto celeste, cerrando los espacios con sus dos líneas de cuatro (defensas y medio).

La primera de peligro para Cruz Azul fue un tiro de Ángel Mena que detuvo sin problemas Carlos Rodríguez.

Morelia tuvo su primer arribo al minuto 23, en una internada de Andy Polo, quien nunca se acomodó bien para pegarle a la pelota, la cual quedó ahí y le cayó a Raúl Ruidiaz que sacó un disparo que se paseó peligrosamente enfrente de la portería de Corona.

Cruz Azul circulaba la pelota, pero carecía de la chispa para romper el juego. Así transitaba el juego hasta que Ángel Mena sacó un pase prodigioso de lado a lado, dejando a Adrián Aldrete con campo libre, el lateral condujo la pelota soltándola en el momento justo para que a segundo poste apareciera Jorge Benítez para marcar el 1-0 a los 30 minutos. La Máquina había hecho una gran jugada que ahora sí finalizaba con la anotación.

En el complemento Morelia adelantó sus líneas en busca del empate. Y estuvo muy cerca de lograrlo al 52′ cuando Jefferson Cuero desbordó por sector izquierdo y sacó un pase retrasado justo a la posición de Andy Polo; sin embargo, el atacante de manera increíble falló la oportunidad.

Este susto sacudió a La Máquina que pareció comprender que si cedía los espacios sería una presa a modo. Por eso buscó tener el control del balón para armar alguna jugada que le diera su segundo tanto. El cual estuvo muy cerca de caer en una jugada en la que Christian Giménez sacó un disparo desde fuera del área, el cual alcanzó a desviar Mena con un taconazo, pero el balón fue a dar justo a la posición de Rodríguez que rechazó; en el contrarremate Peñalba voló el balón.

El juego transcurría sin mayores sobresaltos, pero daba la sensación que Morelia era peligroso y en cualquier momento podría protagonizar el desaguisado. Así lo entendió Paco Jémez que decidió sacar al Conejo Benítez por Richard Ruiz, sacrificando a su centro delantero para ordenar y acumular gente en la media. El mensaje era claro: este juego se tenía que ganar a como diera lugar.

La Máquina se había acomodado mejor, al grado que veía con beneplácito como el rival se quedaba con 10 hombres por la expulsión de Gabriel Achiller. Parecía que todo estaba liquidado, que por fin llegarían esos tres puntos tan necesarios y urgentes. Pero con Cruz Azul nada es seguro, pues este equipo es capaz de todo para auto boicotearse.

Y así fue. Una jugada de Ruidiaz terminó por sepultar -de nueva cuenta- las ilusiones de esta Máquina. El atacante se deshizo de la débil marca y sacó un zurdazo que superó el lance de Corona, un buen gol para eclipsar la esperanza celeste.

Así terminó el juego. Cruz Azul volvió a cruzazulearla. La Liguilla ya es historia, y el descenso apremia cada vez más. Esta Máquina es un alma en pena, que se hunde con Paco Jémez de la misma manera como le ha pasado en los últimos dos años y medio. No tiene remedio.

Fuente: Milenio

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Héctor García