Internacional

Instalación subterránea del Estado Islámico en Afganistán, blanco de la MOAB

Publicado por
Aletia Molina

“Quiero decirle a la comunidad mundial que siempre pondremos primero los intereses de Estados Unidos. Buscaremos terreno común, no hostilidad”, dijo Donald Trump el 9 de noviembre de 2016. Sin embargo el 6 de abril, Estados Unidos lanzó misiles contra una base aérea en Siria y una semana después, el presidente Trump ordenó su segunda demostración del poder bélico estadounidense.

“Lo que yo hago es autorizar acciones de mi Ejército, tenemos al mejor Ejército del mundo y ellos hacen su trabajo como siempre, les dimos total autorización. Estamos muy orgullosos de ellos y se trató de otra operación muy exitosa”, afirmó Trump.

“Alrededor de las 7pm, hora local de Afganistán, las Fuerzas Armadas estadounidenses usaron un arma GBU-43. Estados Unidos se toma muy en serio la lucha contra el Estado Islámico y para derrotar al grupo debemos negarles espacio operativo, que fue lo que hicimos. Estados Unidos tomó todas las precauciones necesarias para que no hubiera víctimas civiles, ni daño colateral como resultado de la operación”, explicó Sean Spicer, vocero de la Casa Blanca.

Por primera vez, el Pentágono utilizó la bomba no nuclear más poderosa de su arsenal. En el impacto crea una nube de tres kilómetros de altura que se ve y se siente como un arma nuclear.

Se trata de la llamada “madre de todas las bombas”. La MOAB tiene una longitud de 9.1 metros, pesa 9.5 toneladas y su poder destructivo es equivalente a 11 toneladas de dinamita. Cada una cuesta 16 millones de dólares y según el Ejército estadounidense, tiene otras 19.

Fue diseñada para la invasión estadounidense de 2003 que terminó con el derrocamiento del presidente Saddam Hussein, pero no fue necesaria.

Esta bomba fue lanzada desde un avión Hércules C-130. De inmediato abrió un paracaídas que desprendió un soporte para comenzar su viaje hacia la superficie. Fue guiada por un sistema satelital que la dirigió a su objetivo, con un margen de error de 13 metros. Cerca de medio minuto después de su lanzamiento, su carga fue detonada.

Básicamente, lo que hizo “la bomba masiva golpe de aire” fue succionar todo el oxígeno existente para provocar una explosión que destruyó todo lo que había en un radio de 1.6 kilómetros.

Es decir, si fuera detonada en el Zócalo de la Ciudad de México, la destrucción ocuparía toda esta zona.

“Fue contra una serie de túneles. Es parte de nuestros esfuerzos actuales para luchar contra el Talibán, para llevar la lucha a los afiliados del Estado Islámico que operan en ese territorio, Eso continuará”, afirmó Mark Toner, vocero del Departamento del Estado de Estados Unidos.

“Provoca un golpe masivo que puede penetrar túneles muy profundos. Municiones regulares no pueden penetrar mucho en túneles, así es que, si tienes un túnel profundo, necesitas esta arma especializada”, enfatizó Mark F. Cancian, especialista en seguridad internacional.

El gobierno estadounidense aún no ha confirmado el efecto del ataque. Sin embargo, el gobernador del distrito de Achin, Esmail Shinwari, dijo que fue la explosión “más grande que haya visto”.

El Pentágono estima que en Afganistán hay entre 600 y 800 integrantes del Estado Islámico, principalmente en la zona que fue atacada.

El Ejército de la Unión Americana ha realizado, en ese lugar cercano a la frontera con Pakistán, varias operaciones antiterroristas. La más reciente fue el pasado 8 de abril, en la que el sargento de las Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea, Mark Alenkar, murió en enfrentamientos con militantes del grupo yihadista.

La invasión estadounidense a Afganistán está por cumplir 16 años.

Fuente: Noticieros Televisa

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Aletia Molina