Juan Francisco Torres Landa, secretario general de México Unido contra de la Delincuencia, dijo que el Estado mexicano finalmente reconoció que no tiene una legitimación técnica, jurídica, ni moral, ni ética para negar a las personas el consumo de la cannabis con fines medicinales o científicos.
En entrevista con José Cárdenas, el activista consideró que el hecho de que se haya aprobado el consumo de la yerba con fines medicinales, «creo que desde ese punto de vista es un avance muy grande y para las personas afectadas puede resultar efectivamente, la gran diferencia, entre tener una calidad de vida mediocre o una mucho mejor».
Por ello sostuvo que esa reforma legal no es menor en ese sentido pero hay que ser puntuales porque todavía nos quedamos cortos de los otros puntos medulares que no solamente se restringen al uso medicinal sino que tienen que ver fundamentalmente con la fortaleza regulatoria del Estado que hoy en día ha sido mermada por una política que ha estado en vigor durante muchos años.
Insistió, uno de los cuatro ciudadanos autorizados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación para consumir mariguana de forma lúdica y medicinal, que esa fortaleza regulatoria en vez de estar en manos de las autoridades sanitarias está en manos de las fuerzas delincuenciales.
Dijo que se busca fortalecer al Estado y que la delincuencia pierda su monopolio respecto a estupefacientes y que el Estado priorice sus actividades que deben ser orientadas atacar las que lesionan el tejido social como es el homicidio, el secuestro, la extorsión y la trata de personas.
Hoy, dijo, se avanzó un kilómetro más en ese largo maratón, pero lo triste es que la velocidad de avance en esta carrera está nuevamente en manos de los legisladores donde ya existen iniciativas que permitirían avanzar más hacia ese carácter regulatorio donde el beneficiado sea el Estado y para que indirectamente los ciudadanos dejen de ser carne de cañón en medio de una lucha que solamente va a generar más daños.
Asimismo, sostuvo, «el gran enemigo a vencer es la ignorancia, la hipocresía porque hay quienes dicen que con ese tipo de medidas van a pulular las drogas o que se va a exacerbar el consumo, pues simplemente están ignorando lo que está sucediendo en las calles».
Pero resaltó, «en corto, muchos de esos legisladores dicen, sí tienen la razón ustedes pero mi bancada no me lo permite o yo tengo que ser fiel a ciertos criterios de valores».
Dijo que han tenido pláticas con la Conferencia del Episcopado Mexicano y ha pronunciado por la regulación porque viven en carne propia, «dice, vemos en las parroquias más apartadas la cruda realidad de que ese fenómeno de la prohibición y la abundancia de la delincuencia está destruyendo a la institución más importante que es la familia».