Bajo el pretexto del fallecimiento de un soldado suyo en Afganistán, los Estados Unidos acaban de lanzar en el país asiático la mayor bomba convencional de su historia, la GBU-43/B o ‘Massive Ordinance Air Blast’, también conocida por el acrónimo MOAB.
Estas siglas hicieron que los militares estadounidenses y los medios la rebautizaran como ‘Mother Of All Bombs’, que en castellano se traduce como la ‘Madre de Todas las Bombas’.
Pero donde haya una madre, siempre habrá un padre, y este ‘padre’ -como suele pasar en el reino animal- es bastante más fuerte.
En la actualidad, este ‘Padre de Todas las Bombas’’ se encuentra descansando en silencio en los arsenales de la Fuerza Aérea rusa. Fue probado con éxito en 2007 y se conoce en Rusia con el nombre de Bomba Aérea de Vacío de Potencia Aumentada (AVBPM, por sus siglas en ruso).
Se trata de una bomba termobárica, de un peso más ligero que la GBU-43/B, pero con una potencia de explosión 4 veces mayor que el monstruo estadounidense, debido al amplio uso que hace de los últimos adelantos en nanotecnología.
Lanzada en 2007 desde un bombardero estratégico Tu-160, el ‘padre’ arrasó por completo un bloque de apartamentos, con un poder destructivo nunca visto antes en una bomba que no fuera nuclear.
Debido al carácter sumamente clasificado de este armamento, no se ha dado a conocer ni su fabricante, ni la cantidad de bombas producidas, ni tampoco su número de índice de fábrica.
«Los resultados de esta munición aérea han demostrado que su eficiencia y capacidad se asemeja a la de una cabeza nuclear. Al mismo tiempo -quiero hacer hincapié en esto-, no tiene ningún efecto contaminante para el medio ambiente, a diferencia de lo que ocurre con las armas atómicas”, señaló entonces el jefe interino del Estado Mayor General ruso, Alexánder Rukshin.
Ensayada cuarto años más tarde que el GBU-43/B estadounidense, la bomba rusa era más ligera de peso y más compacta, pero resultó ser mucho más eficiente.
Fuente: RT