El presidente estadunidense, Donald Trump, aseguró hoy que dio «total autorización» a las Fuerzas Armadas para que utilizaran la llamada Madre de todas las bombas contra el Estado Islámico (EI) en Afganistán.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que el objetivo era acabar con un «sistema de túneles y cuevas» del EI en Afganistán que «les permitía moverse con libertad y atacar con más facilidad a los asesores (militares) estadunidenses y las fuerzas afganas».
Estados Unidos usó por primera vez en un conflicto la mayor bomba no-nuclear para destruir un complejo de túneles del Estado Islámico (EI) en Afganistán, con lo que mandó también un mensaje de fuerza al grupo yihadista.
El bombardeo con la GBU-43 fue ejecutado hoy a las 19.32 hora local (15.02 GMT) en el distrito de Achin, provincia oriental de Nangarhar.
El bombardeo de hoy fue anunciado en poco menos de dos horas después de llevarse a cabo, una premura poco habitual para el Pentágono, que puede tardar varios días en confirmar un ataque, especialmente hasta evaluar el impacto.
Nangarhar, en el este afgano, es la remota región en la que los yihadistas del EI se han asentado para ampliar su presencia en la que llaman provincia de Jorasán (parte de su autodeclarado califato).
Según indicó hoy el general John W. Nicholson, comandante de las fuerzas estadunidenses en Afganistán, los yihadistas del EI han estado trabajando en defensas subterráneas y búnkers para consolidarse en zonas remotas del este afgano y poder atacar a tropas estadounidenses y afganas.
«El bombardeo estaba diseñado para minimizar el riesgo para las fuerzas afganas estadunidenses que realizan operaciones sobre el terreno en esa zona, al tiempo que se maximiza la destrucción de combatientes e instalaciones del EI-Jorasán», explicó el Pentágono en un comunicado.
«Esta es la munición adecuada para reducir los obstáculos y mantener el ritmo de la ofensiva contra el EI-Jorasán», explicó Nicholson, en un comunicado emitido desde Kabul.
El Pentágono aseguró hoy que «se tomaron las precauciones para evitar víctimas civiles», pese a que el proyectil no es considerado de precisión.
El Pentágono analizará ahora la zona del impacto con drones e imágenes satélite para determinar el éxito y alcance de la misión, que supone una escalada táctica en lo que hasta ahora habían sido bombardeos puntuales contra líderes yihadistas y operaciones antiterroristas sobre el terreno.
Fuente: Milenio