Javier Duarte fue gobernador de Veracruz desde 2010, por casi seis años.
El 12 de octubre de 2016, 48 días antes de que terminara su gestión, pidió licencia al Congreso estatal para separarse del cargo y enfrentar las acusaciones de corrupción que se le venían haciendo desde meses atrás.
Ese mismo día publicó su último tuit, felicitando a Flavino Ríos por su designación como gobernador interino.
En el transcurso de esa semana desapareció de la escena pública.
El 17 de octubre se emitió la primera orden de aprehensión en su contra por lavado de dinero y delincuencia organizada.
La Procuraduría General de la República (PGR) ofreció una recompensa de 15 millones de pesos para quien diera información que permitiera su localización y captura.
En noviembre, la PGR le aseguró 112 cuentas bancarias, cinco empresas dedicadas a diversas actividades y cuatro propiedades.
También se ubicaron inmuebles de su propiedad en Estados Unidos, España y Costa Rica.
De acuerdo con las investigaciones, el desfalco de la administración de Duarte asciende a por lo menos 35 mil millones de pesos, por lo que es considerado el más grande registrado por la Auditoría Superior de la Federación, creada en 2000.
La PGR detectó que parte de ese dinero se desvió mediante el otorgamiento de contratos y recursos económicos a por lo menos 35 empresas fantasma.
El 8 de marzo pasado, un juez federal giró una nueva orden de aprehensión en su contra, esta vez por delitos electorales.
El exgobernador ha tramitado dos amparos contra su captura, pero le han sido negados.
Fuente: Noticieros Televisa
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