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Padres de familia no logran superar el ‘shock’ del ataque en el Colegio Americano

Publicado por
Aletia Molina

“Imagínate que se repitan hechos violentos, me muero”, dice Roberta sobre el Colegio Americano, al que asiste su hija y lugar donde el pasado 18 de enero un alumno baleó a sus compañeros y a una maestra antes de suicidarse.

En contrapartida, Eduardo R. piensa distinto. “Son hechos graves, lamentables, ya pasaron y no son el común denominador. Si nos inquietó a la familia, pero ya pasó todo”, indica este padre de familia que tiene en el mismo colegio a dos hijas.

“Todos los padres de familia nos asustamos”, recuerda Mike Rodríguez y ahora a más de un mes de la tragedia dice que la histeria, el miedo, sobre todo éste siguen ahí, “aunque tienden a disminuir al paso del tiempo”.

Rodríguez tiene dos hijos y afirma que la situación se está normalizando ahora en el plantel.

“Algunos padres de familia no han logrado superar el shock que les provocó el hecho. Imagínate a los padres de los lesionados, del muchacho que disparó y luego se mató; y la familia de la maestra”, señala.

Al paso de los días, las actividades en el Colegio Americano del Noreste parecen volver a la cotidianidad, salvo un poco más de seguridad desde la entrada, y aunque los hechos son recientes, nadie o casi nadie habla de los sucesos.

Hay hermetismo y los directivos del plantel se niegan a hablar a la prensa. No quieren, dicen auxiliares, exponerse ni exponer a lo mediático a los alumnos. Pareciera que quieren olvidar de un tajo todo.

“Es evidente, hay una descomposición social y no hay programas enfocados a atender y prevenir ese tipo de problemas. Vamos por mal camino y seguramente los casos de violencia volverán a repetirse en las escuelas porque no se cuenta con un plan concreto”, advierte el sociólogo Raúl Ángel Rubio Cano.

El psicólogo Ángel M., que dirige un colegio en un municipio de la zona conurbada, asume responsabilidad a los padres de familia. “Cuando hay indicios de violencia o conductas no deseables en sus hijos, lo primero que hacen es atribuirle a los amigos y compañeros, se cierran; mi hijo no es, a él le hicieron y lo ven como víctima y no victimario”.

Y ese así como impiden que se preste ayuda a los hijos o a ellos, aclara.

“Hay papás que afirman que su hijo no tiene nada y que con el tiempo se le quitará”, dice  Martha Elia Saucedo, presidenta de la Asociación de Psicólogos Escolares de México, A. C.

La organización prepara ya conferencias a padres de familia y seminarios dirigidos a profesores y psicólogos para que puedan intervenir en crisis.

Quieren convocar a la reflexión, qué hacer, como actuar y cómo involucrar a los papás.

Para Luz María Ortiz, presidenta de la Unión neolonesa de Padres de Familia, es conveniente que las medidas de seguridad sean permanentes, pero pide replantear las acciones y diseñar programas efectivos, incluida la revisión de mochilas con el consentimiento de todas las partes.

Operación Mochila

En Nuevo León, se estableció la operación “Mochila Segura”, pero se dejó a criterio de los profesores si se realiza una, dos o más ocasiones a la semana en los planteles escolares, informó el secretario de Educación, Arturo Estrada Camargo.

Durante la última semana del mes de enero se realizó a diario en la entrada o salida de las 5,425 escuelas oficiales y los 1,230 planteles particulares la revisión de las mochilas de los estudiantes.

Mientras tanto, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, solicitó a la autoridad que ésta o cualquier otra medida de seguridad y disciplina en los planteles escolares, debe contar con la participación de la propia comunidad educativa, entre ella los propios estudiantes, el personal docente y administrativo, así como padres y madres de familia.

Sin embargo, para terapeutas, sociólogos y psicólogos la tragedia escolar representa un antes y un después que incluye la forma de proceder de los profesores en temas de sexualidad, adicciones, suicidio y comunicación.

Algunos proponen también la cultura de la denuncia anónima, aunque se toparían en principio con la lealtad a la amistad que hay entre los estudiantes. Los buzones de denuncia anónima serían un buen principio, explica una psicóloga que prefiere el anonimato.

En semanas anteriores, la Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México dijo que hay una ley desde 2013 que obliga al estado a tener en cada escuela un psicólogo o un trabajador social, pero no se cumple.

Ello ayudaría, dijo, a detectar conductas de riesgo, a intervenir en situaciones de crisis ya poyar en evaluaciones, consejería y orientación vocacional.

De esta forma, estos profesionales recomiendan a los alumnos desarrollar la cultura de la denuncia de conductas irregulares; a los maestros favorecer un clima escolar de confianza con los estudiantes mediante la comunicación.

Y a los papás, les piden dejar de pensar en que su hijo no es ni será nunca un victimario.

Ayuda a la maestra

Mientras tanto, la maestra Cecilia Cristina Solís Flores, sigue internada en el Hospital Universitario junto a un alumno de 14 años de edad.

En el municipio metropolitano de Santa Cata Catarina, donde habita, sus familiares y amigos han iniciado una campaña en busca de recursos para ayudar a la maestra al regresar a casa, para enfrentar los gastos que se derivan de su recuperación.

 Pero también para construir una habitación especial de poco más de 12 metros cuadrados, para Cecilia, con baño y adaptada a sus nuevas condiciones.

 Los diputados locales a su vez, aprobaron apoyar con 150 mil pesos a la familia de la profesora, cantidad que será entregada a la brevedad.

Fuente: LSR

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Aletia Molina