Economía

México y Singapur

Publicado por
José Cárdenas

Gabriel Casillas

 

 

 

 

Si alguno de ustedes ha tenido la oportunidad de visitar Singapur, saben que es un país muy interesante. Si caminamos por la bahía, la magnífica vista adornada por modernos edificios, incluyendo el complejo Marina Bay Sands -que se distingue por tener una alberca en forma de barco “navegando” arriba de tres torres que conforman un centro comercial con hotel y casino-, así como la inmensa cantidad de barcos cargueros que se observan en el horizonte náutico, nos permite tener una idea de la importancia que tiene Singapur como hub de comercio internacional y centro financiero global. Si visitamos el interior de la isla, nos podemos dar cuenta que Singapur es un claro ejemplo de vida multicultural, en donde conviven en paz personas de origen malayo –practicantes del Islam-, de origen chino –budistas y otros credos originarios de China-, y de origen indio, que fundamentan su fe en el hinduismo. Todo esto acontece en un país con clima similar al del estado de Tabasco –con una temperatura que oscila entre 20 y 40 grados centígrados y 90 por ciento de humedad-, y con un territorio muy pequeño.

Para darnos una mejor idea de su tamaño relativo a México, Singapur cabe 2,700 veces en nuestro territorio nacional. Visto desde otra perspectiva, Singapur solo cubre el 48 por ciento del territorio de la recién denominada Ciudad de México (la entidad más pequeña del país). En este sentido, sería el territorio que comprenden las delegaciones Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Cuajimalpa, Álvaro Obregón, Benito Juárez, Coyoacán, Magdalena Contreras y Tlalpan. No obstante su pequeño tamaño –en términos de territorio-, Singapur tiene una población relativamente considerable. A pesar de que México tiene 23 veces la población de Singapur, Singapur tiene más habitantes que varios estados de la República Mexicana. De hecho, el tamaño de la población de Singapur es similar al de Puebla, una de las cinco entidades más pobladas de nuestro país.

Así, con menos de mil kilómetros cuadrados de territorio (716.1 km cuadrados) –que lo coloca en el lugar 190 a nivel mundial-, y una población de alrededor de 5.6 millones de personas, la República de Singapur genera un PIB de 300 mil millones de dólares (de EU) al año, que si bien lo ubica en el lugar 36 a nivel global –entre Malasia e Israel-, Singapur es la treceava economía en términos de PIB per capita (alrededor de 53 mil dólares al año), un lugar por arriba de los Estados Unidos. De manera inversa, México ocupa la quinceava posición en términos de PIB nominal (alrededor de 1,300 millones de dólares), pero ni siquiera se ubica en los primeros 50 países en términos de PIB per capita (alrededor de 8 mil dólares al año). ¿Cómo es posible que un país tan pequeño, con tanta heterogeneidad de población, que fue invadido por Japón en la Segunda Guerra Mundial (1942-1945) y que se independizó de Malasia hace menos de sesenta años, ha logrado producir un PIB per capita casi siete veces más grande que el de México y ser el centro financiero de operación de divisas más importante de Asia?

En mi opinión, las tres cosas que propiciaron un crecimiento y desarrollo económico significativo en Singapur fueron: (1) Su muy alto grado de apertura comercial; (2) la facilidad para hacer negocios; y (3) el firme estado de derecho. Singapur es una de las economías más abiertas del mundo, en donde sus exportaciones representan el 180 por ciento de su PIB (~38 por ciento en México) y sus importaciones, el 150 por ciento de su PIB (~40 por ciento en México). En cuanto a la facilidad para hacer negocios, Singapur aparece persistentemente en los primeros tres lugares del índice “Doing Business” del Banco Mundial. En particular, Singapur se ubicó en segundo lugar en la edición 2017 -un lugar por debajo de Nueva Zelanda-, mientras que México se ubica en un lejano lugar 47, entre Serbia y Tailandia. En cuanto a los componentes del índice, México queda muy rezagado en cuanto a facilidad en el pago de impuestos, así como en registro de propiedad, acceso a electricidad y apertura de nuevos negocios. Por último, pasando al tema de estado de derecho, mencionaré dos índices. Por un lado, México se ubica como el segundo país con más impunidad de una muestra de 50 naciones en el Índice de Impunidad Global 2015 de la Universidad de las Américas (el primero es Filipinas), mientras que Singapur se encuentra 31 posiciones más abajo, ubicándose en el número 33, sólo una posición arriba de Francia. Por otro lado, de acuerdo al índice de estado de derecho del World Justice Project 2014, Singapur se ubica en la décima posición –de una muestra de 99 países-, en el cumplimiento del estado de derecho (entre Canadá y Alemania), mientras que México se encuentra en la posición 79, entre Rusia y Kirguistán.

México necesita aprender de países como Singapur, máxime en estos momentos en donde el populismo proteccionista de derecha ha ganado espacios en países importantes. Considero que México debe continuar con su proceso de apertura comercial, pero apuntando las baterías a facilitar los negocios y a fortalecer el estado de derecho. México tiene relaciones diplomáticas con Singapur desde 1975 y actualmente vivimos en un momento de renovación de esta relación con la designación de una persona preparada, trabajadora, con gran experiencia en el Servicio Exterior y comprometida con México, como nuevo embajador de nuestro país en Singapur: Nathán Wolf. Nathán, te deseo una comisión llena de aprendizaje y buenas experiencias porque conociéndote, sin duda tu estadía en ese país será de gran aportación para nuestra nación.

@G_Casillas

*El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional del Estudios Económicos del IMEF.

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José Cárdenas