Malibu se declaró como una ciudad santuario en solidaridad con sus jardineros, cocineros y otros trabajadores indocumentados, anunciaron sus representantes.
La idea fue inspirada por uno de los muchos residentes famosos de la ciudad, el actor Martin Sheen. En diciembre, el histrión asistió a una reunión del Concejo Municipal y -como si conjurara a su presidente interno Josiah Bartlet de «The West Wing»- instó a la ciudad a convertirse en una ciudad santuario.
Mientras algunos residentes elogiaron la propuesta, otros culparon a los que están en el país ilegalmente por delitos y calificaron el movimiento de una leve y encubierta reprensión del presidente Donald Trump
Como muchas resoluciones como ciudad santuario, esta declaratoria de Malibu, una ciudad con seis por ciento de su población latina, es en gran parte simbólica luego de ser aprobada por el voto de 3-2 de sus miembros del concilio.
Malibu es aproximadamente 92 por ciento blanco y una de las ciudades más ricas del condado de Los Ángeles. Todo el mundo está de acuerdo en que la ciudad tiene trabajadores que no están autorizados a estar en Estados Unidos, y tienden a servir la comida en restaurantes de lujo, limpiar las mansiones junto a la playa, cuidar de los niños y mantener el paisaje.
Pero los residentes dicen que una buena parte de la fuerza laboral de servicio es latina. Y al menos algunas de esas personas están en Estados Unidos ilegalmente.
Malibu se une a unas 400 ciudades y condados santuario en el país. La mayoría, como Maywood, Santa Ana y San Francisco, en California tienen poblaciones de personas que no están autorizadas a estar en Estados Unidos.
«Ciudad Santuario» es un término general que no tiene un solo significado. En general, la designación está reservada a los locales que han tratado de ofrecer apoyo político o protecciones prácticas a las personas que se encuentran en el país de forma indocumentada.
Fuente: Crónica