El Estado de México es un pantano, aun sin arrancar las campañas, la semana que viene.

Así lo reconoce Santiago Nieto Castillo, titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEPADE), quien ya tiene en su escritorio un altero de expedientes plagado de alacranes, víboras y tepocatas… como diría el clásico.

Hasta ahora se han abierto 117 carpetas de investigación y se han iniciado diez averiguaciones previas. El rosario de pecados cometidos por partidos, candidatos, y candidotes, parece interminable.

El PAN denuncia compra de votos y guerra sucia del PRI; Morena, acusa al tricolor de gastos excesivos de campaña y entrega de despensas; ambos, tiran a matar al gobernador Eruviel Ávila por coacción a burócratas mexiquenses, condicionamiento y manipulación de programas sociales, proselitismo y hasta turismo electoral (cuando gente nacida en otras entidades obtiene acreditación para engordar el padrón) más las trampas que se acumulen de aquí al 4 de junio, el mero día de la elección.

Vicios rebasan virtudes; todo mundo denuncia a todo mundo.

–¿Cómo blindar el proceso mexiquense?

Ley en mano, el fiscal electoral advierte que los programas sociales no pueden detenerse, pero tampoco puede haber eventos masivos que violen el principio de equidad en la contienda; que la pobreza se utilice como arma electoral; que bajo ninguna circunstancia se condicione el voto, ni se exija a los servidores públicos apoyar a partido o candidato alguno.

La elección en el Estado de México, sin minimizar Coahuila, Nayarit y Veracruz no sólo se librará en las urnas o en los tribunales; calles, medios de comunicación y órganos electorales quedarán chicos para el tamaño de las disputas que apenas comienzan.

Alfredo del Mazo Maza hereda lo bueno y lo malo del PRI; juega al límite; perder no es opción. Va a ganar a como dé lugar gracias a la estructura priista más robusta y poderosa del país, pronostica César Camacho, coordinador de los diputados tricolores. ¿Aunque Del Mazo cargue con las antipatías ciudadanas contra el partido en el poder?

La candidata Josefina Vázquez Mota se dice víctima de una filtración cínica, traviesa y descarada del PRI y el sistema, que acusan a su familia de lavado de dinero, hecho que la panista no desmiente, pero sin duda mella su imagen. Poco importa que el delito sea portación de parentela prohibida. ¿El dardo envenenado muestra el miedo que le tienen, como alega Fernando Herrera, coordinador de la bancada blanquiazul en el Senado? De Josefina depende el afianzamiento del líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, quien de triunfar en la elección mexiquense será imparable. ¿Mala noticia para Rafael Moreno Valle y/o Margarita Zavala?

El tercero (o la tercera) en discordia es el personaje más escurridizo. Delfina Gómez, una especie de “Juanita” de López Obrador, quien parece inocua ante la presencia avasalladora de su líder. La figura de AMLO es el rival a vencer en el Estado de México, sin embargo, los ataques al “tiburón” desaforado parecen no causar efecto en su “delfina”. ¿El triunfo de la maestra Gómez lanzaría al señor López directito a la grande?

Del cuarto aspirante, Juan Zepeda del PRD, mejor luego hablamos…

El último sondeo de preferencias electorales, publicado por el diario Reforma, da 29% al “delfín”, 28% a la delfina, 25% a Josefina, y 11% al comodín; los tres primeros, técnicamente están empatados.

La incertidumbre abona el campo para la madre de todas las batallas, donde al parecer, todo vale, sin importar consecuencias…

EL MONJE MACIZO: Chihuahua es un estado manchado de sangre; las cifras no mienten. De octubre de 2016 a febrero de 2017, periodo gobernado por el panista Javier Corral, ha habido 639 homicidios dolosos, un aumento del 91.89% desde que asumió el poder.  Sólo en los primeros dos meses de este año, frente a los primeros dos meses de 2016, las muertes han crecido 88.65%. En febrero hubo 145, 19.83% más que en el mes de enero, con 121 homicidios.