El sonido del viento en caracol, el calor del fuego en el sahumador, el agua clara en pequeños cuencos, la tierra en los pies de los danzantes y el amor por México son los invitados principales de las danzas mexicas que ofrendarán diversos calpullis para celebrar la entrada del equinoccio, mejor conocido como la llegada de la primavera, esto en diferentes zonas arqueológicas de México.
En Teotihuacán y en diversas partes del país, diversos grupos de danzantes visitan los centros ceremoniales para recordar a los antepasados mexicas, quienes con los conocimientos de geometría y astrología avanzada lograron determinar que durante el equinoccio, que sucede cada 21 de marzo, el día y la noche tienen exactamente la misma duración, por lo que la tierra está en perfecto equilibrio.
En entrevista con Notimex, el abuelo joven de la tradición oral mexica, Isaías Majher, explicó que esta ceremonia también representa la oportunidad de armonizar la energía de la tierra, de unificar a danzantes de diversos puntos del país.
En todas las ceremonias deben estar presentes los cuatro elementos, así como ofrendas de flores y semillas, se inicia con el toque del caracol y el encendido del fuego, por lo general por manos femeninas, luego comienza las danzas cuyos movimientos principales son cuatro.
En entrevista con Notimex, el abuelo joven de la tradición oral mexica, Isaías Majher, explicó que esta ceremonia también representa la oportunidad de armonizar la energía de la tierra, de unificar a danzantes de diversos puntos del país.
Fuente: La Razón