El Gobierno de Estados Unidos dio este viernes la autorización del presidente Donald Trump para que la compañía TransCanada construya el oleoducto Keystone XL, con lo que anuló una disposición de su antecesor en el cargo Barack Obama y allanó el camino para completar el proyecto de 8 mil millones de dólares.
La decisión pone fin a una disputa de años entre grupos ambientalistas y la industria petrolera que se convirtió indirectamente en un enfrentamiento sobre el calentamiento global.
Representa uno de los pasos más grandes tomados hasta el momento por el gobierno de Trump, de privilegiar el desarrollo económico por encima de las inquietudes ambientales.
Los grupos ambientalistas se han opuesto con fuerza al oleoducto.
El Departamento de Estado dijo que concluyó que la construcción del oleoducto sirve al interés nacional de Estados Unidos. Llegó a esa conclusión tras un estudio de los factores ambientales, económicos y diplomáticos, añadió.
Lo inusual fue que el permiso fue firmado por Tom Shannon, un diplomático de carrera en el Departamento de Estado y no por el propio secretario Rex Tillerson. El ex jefe de la petrolera Exxon Mobil se recusó porque grupos ambientalistas dijeron que se creaba un conflicto de interés.
Fuente: El Financiero