El Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York ha tomado posición pública contra la orden ejecutiva del Presidente Trump sobre su política de inmigración, sin declaraciones ni comunicados, sin “ruido” y –sobre todo- sin los tweet que tanto le gustan a Don Donald. No hay modo más elegante y cultural: el jueves por la noche comisarios del Museo han reinstalado parte de las galerías de la colección permanente del quinto piso del MoMA ofreciendo desde ayer obras de artistas musulmanes. Una decisión para la historia.
Pinturas de Picasso, Matisse y Picabia han sido reemplazadas por obras de la arquitecta iraquí Zaha Hadid, el pintor sudanés Ibrahim el-Salahi y varios artistas de origen iraní, entre ellos Tala Madani, Parviz Tanavoli y Marcos Grigorian. El museo también ha instalado una escultura del artista iraní Siah Armajani en su patio del vestíbulo principal. Las obras, además, se acompañan de una etiqueta en la pared que desde ayer reza así: “Este trabajo esta realizado por un artista de una nación cuyos ciudadanos se les niega la entrada a los Estados Unidos, de acuerdo con una orden ejecutiva presidencial emitida el 27 de enero de 2017. Esta es una de las obras de arte de la colección del Museo instaladas en las galerías del quinto piso para afirmar los ideales de bienvenida y libertad tan vitales para este Museo como para los Estados Unidos“.
Que esto lo haga el MoMA, sinceramente, ha dejado sin palabras a medio mundo. Por valentía, por inmediatez en la respuesta a la política, y por el hecho mismo de que dota a la cultura del arma más poderosa contra la intransigencia, la intolerancia y el racismo con el que apesta Trump y sus secuaces. En quince días, (Tiriti)Trump ha conseguido lo que pocas figuras en la historia: que (casi) todos le detesten, y no ha hecho más que empezar su mandato.
Un grupo de comisarios de arte –Ann Temkin, Jodi Hauptman y Christophe Cherix– planearon la idea de la nueva instalación en el Museo durante el pasado fin de semana, cuando más de cien personas fueron detenidas en aeropuertos norteamericanos y cientos de miles se reunieron para protestar por la prohibición de entrada en suelo USA de determinadas nacionalidades. Añadir los nuevos artistas citados tiene como objetivo ilustrar la historia de la influencia transcultural en el arte moderno y contemporáneo y “las galerías del quinto piso son donde están algunas de nuestras obras más queridas“, ha declarado Hauptman a New York Times. “Pensamos que sería especialmente importante llamar la atención sobre esas conexiones.”