Los Premios Oscar 2017 van a vivir una ceremonia plagada de discursos políticos. Atrás quedaron los tiempos en que hacer un discurso político estaba mal visto (recordemos a Michael Moore cuando ganó ‘Bowling for Columbine’). En los primeros Oscar de la era Trump, más bien parece que quien no lo haga será abucheado. Meryl Streep dio el pistoletazo de salida en los Globos de Oro este enero, cuando se marcó una charla de seis minutos al recoger su premio honorífico totalmente centrado en la actualidad política; su discurso definió una «guerra cultural» que ya hace años se libra entre el Hollywood liberal y el partido republicano, pero que ha alcanzado nuevas cotas de animadversión con el actual presidente, Donald Trump.
La noche no solo tendrá críticas y burlas a Trump, sino que es de esperar que estas tengan su eco en los tuits del presidente. Si ya en 2014, aún al margen de la política, Trump tuiteaba que debían dejarle a él presentar los Oscar para «animar las cosas un poco» y en 2015 aseguraba que los Oscar eran «una broma, como nuestro presidente [Obama entonces]»; es de esperar alguna respuesta contundente del ahora comandante en jefe de la nación.
Oiremos el nombre de ‘La la Land’ unas cuantas veces. Seguramente, no tantas como referencias a Trump (aunque es de esperar que muchos no usen su nombre deliberadamente). Ya ha igualado el récord de nominaciones (14), empatando con ‘Titanic’ y ‘Eva al desnudo’. Podría igualar o superar el récord en número de Oscar, que actualmente está en 11, con ‘Ben Hur’, ‘Titanic’ o la tercera de ‘El señor de los anillos’.
Podría ocurrir que en alguna de las categorías más dudosas a los electores de Hollywood les de por hacer historia con ‘La La Land’
Como por aquí son muy de récords, no sería de extrañar que esto llevara a los votantes en alguna de las categorías más dudosas (como guion, donde tiene muy serios competidores, edición o mezcla de sonido) les de por apuntalar el tono “histórico” de la noche. (Más récords: el director Damien Chazelle sería el director más joven en conseguir el galardón, aunque no es el más joven nominado, con Orson Welles, Steven Spielberg y George Lucas, entre otros, nominados antes de los 32).
Todas las caras estarán pendientes de Casey Affleck y Denzel Washington a la hora de anunciar el premio al mejor actor protagonista. Aunque Affleck es el favorito, y ha ganado la mayoría de los premios previos, el hecho de que el gremio de actores optara por premiar a Washington pone su triunfo en duda. Aparte de no contar con tantas simpatías en Hollywood como Washington, una polémica de 2010 por demandas de acoso laboral que los abogados del actor zanjaron con un acuerdo extrajudicial le perjudica.
Las actrices de las películas nominadas a mejor película están casi todas en la categoría de mejor secundaria: Viola Davis, Michelle Williams, Nicole Kidman… Con la excepción de ‘La La Land’, las nominadas a mejor película son historias de protagonista masculino, y, cuando no lo son (‘La llegada’, ‘Figuras ocultas’), sus protagonistas femeninas no han sido nominadas. Las grandes interpretaciones femeninas del año, Natalie Portman, Meryl Streep, Isabelle Huppert o Ruth Negga, están en películas sin mención de la Academia.
De hecho, si, como parece casi seguro, ‘La La Land’ gana a mejor película y Emma Stone gana el Oscar a mejor actriz, este año será el primero en que coincidan actriz y película desde ‘Million Dollar Baby’ (2005). Para muchos esto es síntoma claro del machismo todavía imperante en la industria, donde las historias de mujeres son más escasas y las consideradas grandes películas tienen un protagonista masculino y una compañera femenina con menos presencia en pantalla.
Este no será, como los dos anteriores, un año “latino”. El único nominado latinoamericano en las categorías principales es Rodrigo Prieto por su dirección de fotografía en ‘Silencio’, única nominación para la cinta de Scorsese sobre los jesuitas en Japón. Prieto tiene una larga carrera a sus espaldas (‘El lobo de Wall Street’, ’21 gramos’ o ‘Argo’), y esta es su segunda nominación (ya lo estuvo por ‘Brokeback Mountain’).
Pablo Larraín, el director de ‘Jackie’, chileno, no ha conseguido la nominación por película, ni guion ni dirección; no hay películas latinas entre las nominadas a mejor filme en lengua no inglesa (con una mayoría de historias del norte de Europa: Suecia, Alemania y Dinamarca están nominadas) lo más exótico en esta categoría es la película iraní, y la película australiana ‘Tanna’ grabada en idioma aborigen). El único representante será el corto de ficción español ‘Timecode’, dirigido por Juanjo Giménez.
Con Lin Manuel Miranda, compositor de la banda sonora de la última película de Disney, ‘Vaiana’, a punto de convertirse en miembro del club EGOT (ganadores de Emmys, Grammy, Oscar y Tony, tiene todos menos el Oscar), las canciones que se verán en el escenario son auténticos bombazos de muy variado estilo. Del supermarchoso y eficaz ‘Can’t stop the feeling’ de Justin Timberlake para ‘Trolls’, que interpretará el propio Timberlake, a la balada sentimental ‘City of Stars’ de ‘La La Land’ y la otra nominada de la misma película ‘Audition’, interpretadas ambas por Legend, pasando por ‘How far I’ll go’ de ‘Vaiana’, que interpretarán el propio Miranda y Auli’i Cravalho, la protagonista de la película. Sting cantará ‘The Empty Chair’, la quinta nominada, del documental sobre el periodista James Foley.
En la categoría de documentales, la cosa va de historia afroamericana. Desde el exhaustivo ‘OJ’, la historia del futbolista y héroe caído en desgracia, a la biografía del escritor y activista James Baldwin, ‘I am not your negro’, pasando por el combativo ’13th’ de Ava DuVernay, un repaso a la historia reciente de los afroamericanos en EEUU y la continua opresión de la que han sido objeto (esclavitud, segregación, criminalización, encarcelamiento), tres de los cinco nominados son estudios sobre las relaciones raciales en la historia de América.
La cuarta en discordia, ‘Vida animada’, sobre cómo un joven con autismo supera sus problemas de comunicación gracias a las películas animadas, está producida por el afroamericano Roger Ross Williams. El quinto nominado es ‘Fuego en el mar’, sobre la crisis migratoria en Europa, que de ganar daría sin duda ocasión a comparaciones con la actual política de fronteras de la Casa Blanca.
No solo en la categoría de documentales este ha sido un año especialmente diverso. Hay seis actores afroamericanos nominados (un récord en la historia de los premios) que actúan en tres de las nominadas a mejor película (‘Hidden Figures’ -Octavia Spencer-, ‘Moonlight’ (Naomi Harris y Mahershala Ali) y ‘Fences’: Denzel Washington y Viola Davis, gran favorita); están nominados también sus guionistas, y sus directores en el caso de ‘Moonlight’. A esto hay que añadir la nominación de Dev Patel, británico de origen indio, en la categoría de mejor actor secundario por su trabajo en ‘Lion’.
Además del ‘shock’ de ver fuera de la lista de nominadas por su trabajo en ‘La llegada’ a Amy Adams (habitual de los Oscar, al contrario que las sí nominadas por primera vez, Ruth Negga o Isabelle Huppert), otros dos grandes nombres se han quedado fuera este año: Scorsese no ha tenido más que nominación a mejor fotografía por su intenso relato histórico ‘Silence’; lo mismo que ‘Sully’, de Clint Eastwood, únicamente mencionada para mejor montaje de sonido. En cambio, este ha sido el año del regreso de Mel Gibson por la puerta grande, después de una década en el purgatorio hollywoodiense. Su película ‘Hawcksaw Ridge’ está nominada en seis categorías, entre ellas mejor director y mejor película.
A medida que la academia va premiando a películas más independientes y menos comerciales, la audiencia de la ceremonia ha ido disminuyendo. El año pasado, con un récord de películas de autor o marginales nominadas (‘Spotlight’, ‘La gran estafa’, ‘El renacido’), la ceremonia tuvo la audiencia más baja de los últimos ocho años con 34,3 millones de espectadores domésticos. Este año ‘La La Land’ puede traer la salvación, puesto que es una bomba en taquilla que ha recaudado ya 340 millones de dólares en todo el mundo en sus 10 semanas en cartel. Es ya la más taquillera del año 2017.
A medida que la Academia premiaba películas más independientes y menos comerciales, la audiencia de la gala ha ido disminuyendo
Además, películas como ‘Hasta el último hombre’ (una película de guerra en toda regla, y de las preferidas, por ejemplo, entre los votantes de Trump según una encuesta reciente del Hollywood Reporter) y las ya mencionadas ‘Moonlight’, ‘Fences’ o ‘Figuras ocultas’ pueden atraer una audiencia algo más variada. Como dejó muy claro Chris Rock en sus segmentos cómicos del año pasado, la mayoría de la población afroamericana no tenía mucho interés en las películas nominadas en 2016. Este año puede ser distinto.
El presentador de este año, el humorista Jimmy Kimmel, se peleará con Matt Damon en algún momento de la ceremonia, o al menos hará alguna referencia jocosa a él. Su bronca ficticia lleva décadas, y comenzó en 2006 cuando Kimmel, al finalizar uno de sus programas nocturnos, mencionó a Matt Damon: «lo siento, nos hemos quedado sin tiempo, otra vez será”. Desde entonces las bromas sobre su supuesto antagonismo han aderezado los programas de Kimmel y, por ejemplo, la última ceremonia de los Emmy. Damon salió al escenario justo después de la entrega del premio al mejor programa nocturno (para el que Kimmel estaba nominado y no ganó) a “restregárselo” un poco. Damon está nominado este año como productor de ‘Manchester frente al mar’, aunque es dudoso que gane como mejor película.
Aunque los nominados estén de los nervios, como atestiguan los psiquiatras de Los Ángeles, cuyas consultas se ven repletas de clientes importantes aquejados de insomnio y ansiedad, en la ciudad de la imagen lo importante es no perder la compostura. Y así, aunque hay muchos ceros en juego (no solo las películas premiadas tienen una vida mayor y más lucrativa en cines y pequeñas pantallas, sino que para los artistas, y sus representantes, suponen importantes aumentos de sueldo en el siguiente proyecto), tan importante como saber ganar (y dar un buen discurso) es saber perder.
Los dermatólogos y cirujanos plásticos más exclusivos de Beverly Hills tienen un tratamiento estrella para este año: el ‘happy lift’, que levanta ligeramente las comisuras de los labios y la zona de las cejas, para que la procesión vaya solo por dentro.
Fuente: El Confidencial