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Cómo fue la protesta del «Día sin Inmigrantes» en EU

Publicado por
Gema Hernández

Los inmigrantes querían mostrar su importante rol en la forma de vida y la economía estadounidenses. Y muchos de los negocios cerraron sus puertas en un acto de solidaridad, durante una protesta a escala nacional denominada «Un Día sin Inmigrantes».

El boicot se realizó para expresar oposición a los esfuerzos del presidente Donald Trump para deportar a inmigrantes de EU.

Restaurantes de lujo y de comida rápida por igual cerraron a lo largo y ancho del país, algunos porque no tenían otra opción, otros porque afirmaron estar con la causa de sus trabajadores inmigrantes.

«Cerrado por el Día sin Inmigrantes»

Ese fue el aviso que decenas de negocios exhibieron en sus puertas este jueves en varias ciudades de Estados Unidos.

Los trabajadores y estudiantes de algunas escuelas permanecieron en casa con el fin de resaltar la contribución que hacen al país los inmigrantes.

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Escuelas, restaurantes y tiendas de comestibles cerraron a lo largo y ancho del país, desde Los Ángeles a Chicago y Nueva York.

La protesta se llamó «Día sin inmigrantes» y se difundió a través de las redes sociales.

El objetivo era que los trabajadores nacidos en el extranjero se rehusaran a participar en la economía estadounidense por un día.

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Unos 50 restaurantes en Washington cerraron este jueves, así como en otras ciudades como Boston y San Francisco.

En el Pentágono en Virginia, sede del Departamento de Defensa de EE.UU. en donde trabajan 25.000 personas, al menos siete restaurantes anunciaron que cerrarían por el día.

En Massachusetts, el museo de arte de la Universidad de Wellesley removió todas las obras de arte donadas o creadas por inmigrantes.

En la ciudad de Salt Lake City, Utah, un negocio llamado «Rancho Markets» cerró sus puertas en apoyo a la protesta.

En Massachusetts, el museo de arte de la Universidad de Wellesley removió todas las obras de arte donadas o creadas por inmigrantes.Derechos de autor de la imagenAP

Un grupo de estudiantes de la secundaria de Paso Robles (California) protestaron a las afueras de las instalaciones durante su pausa de recreación.

En Nuevo México, el estado de EE.UU. con mayor porcentaje de residentes hispanos, muchos comercios cerraron desde Albuquerque a Santa Fe.

Parado sobre el mercado de la calle 9 en Filadelfia, que reúne diferentes negocios de comida internacional, Rani Vasudeva se sorprendió con la tranquilidad de una zona habitualmente bulliciosa y movida.

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«Es muy triste», dijo el profesor universitario de 38 años.

«Te das cuenta del impacto que tiene la comunidad de inmigrantes. Nos necesitamos los unos a los otros en nuestra vida cotidiana».

Cientos de personas marcharon en la ciudad de Detroit (Michigan) en apoyo a la iniciativa.

Tiendas de comestibles, mercados y restaurantes cerraron en ciudades como Nueva Orleans, Filadelfia y Chicago.

Se llevaron a cabo protestas en Raleigh, Carolina del Norte, en Austin, Texas, en Chicago y en Detroit.

Un café dentro del Capitolio en Washington DC que sirve al Senado también cerró sus puertas.

El segundo sistema de escuelas públicas más grande del país, Los Angeles United, llamó a los padres para advertirles sobre la protesta de este jueves.

«Les pido a los estudiantes y al personal que no interrumpa el aprendizaje por participar en protestas y marchas durante la jornada escolar», dijo la directora Alma Peña-Sánchez en un mensaje de voz enviado a los representantes.

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Una escuela en la capital, Washington DC, decidió cerrar por el día para permitirles a los maestros protestar.

Los 426 estudiantes de primaria de la escuela Latin American Montessori tuvieron el día libre en solidaridad con el boicot.

José López cerró su negocio en la ciudad de Albuquerque en Nuevo México en apoyo a los inmigrantes.

Andy Shallal, quien cerró varios de sus restaurantes en Washington DC, es originario de Irak, uno de los países incluidos en la orden ejecutiva que el presidente Trump firmó para prohibir la entrada de inmigrantes de esas naciones.

«Como inmigrante, no puedo permanecer pasivo. Quería asegurarme de ser solidario con mi equipo».

Uno de los líderes de la protesta, el célebre cocinero español José Andrés, quien es ciudadano estadounidense, tuvo un enfrentamiento con Trump cuando decidió no continuar un contrato para abrir un restaurante en el hotel nuevo del presidente en Washington.

Trump lo demandó por US$10 millones por rompimiento de contrato y el chef lo contra demandó por US$8 millones.

Fuente: Staff

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Gema Hernández