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Alejandro Magno, El Conquistador

Publicado por
José Cárdenas
Primero y diez
Por Bolívar Roblero
En el año 356 A. de C. nació en Macedonia, un pequeño de estirpe real, era hijo de los Reyes Filippo y Olimpia, monarcas de un amplio imperio, su padre sabedor del destino que aguardaba a su hijo, procuró darle la mejor formación militar, pero sabedor que eso no era suficiente para ser un buen rey (Filippo era sabio) le encargó la formación humanística del futuro rey a su viejo y sapiente maestro: Aristóteles.
De este modo Alejandro, que fue el nombre que recibió el pequeño, creció preparándose para algún día ser rey; lo cual ocurrió pronto, cuando él cumplía 20 años su padre fallecía y el imperio que había forjado Filippo comenzó a desmoronarse rápidamente, Alejandro asumió la corona en un periodo grave de crisis, pero no se amilanó, estaba preparado para ello.
El joven Rey comenzó por evitar la desintegración de su reino y no sólo eso, se lanzó a nuevas conquistas, que forjaron el Imperio más grande que se había visto hasta entonces, durante los siguientes 7 años Alejandro hizo gala de su formación militar y su sabiduría filosófica, ganándose el mote de Magno “Alejandro Magno” como lo conoce la Historia.
Era, sin duda un hombre de recursos, como cuando era adolescente y logró montar y domar a Bucéfalo (su caballo a partir de ese momento) deslumbrándolo con la luz del Sol, o cuando llegó a intentar desamarrar el imposible “Nudo Gordiano” (la conseja decía que sólo aquél capaz de deshacer el nudo tendría derecho a ser Rey) y Alejandro simplemente deshizo el nudo cortándolo con un tajo de su espada. Cuando entraba en combate solía decir: “Mis tropas, serán los árboles en el bosque, las piedras en la tierra y los pájaros en el cielo” (frase a la que hacen honor en la cinta “Indiana Jonnes y la Última Cruzada”) y que nos habla de que siempre buscaba aprovechar cualquier ventaja que le ofreciera el entorno.
Una de las frases favoritas de Alejandro Magno, me remitió inmediatamente al Mariscal de Campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra: Tom Brady, y es aquella que dice: “Nada es imposible para aquél que lo intenta” eso fue lo que ocurrió en los últimos 17 minutos del Superbowl LI jugado el domingo; en ese momento Brady y sus Patriotas perdían por 25 puntos (nadie en un Superbowl se había levantado de una mayor diferencia de 10 puntos) en el emparrillado, Matt Ryan y en las laterales el Headcoach de los Halcones Dan Quinn, sonreían, en las tribunas Mr. Arthur Blank y su bella esposa, dueños de los Halcones bailaban y festejaban, preparándose para bajar al terreno y recibir el trofeo Vince Lombardi, ello pese a que los Patriotas por fin lograban llegar a las diagonales de Atlanta, Gostkowsky siempre certero falló el punto extra, aún así eran demasiados puntos de ventaja (28 a 9), pero el “momentum” del partido había cambiado; ya en el cuarto cuarto, la defensa de Nueva Inglaterra volvió a frenar a la poderosa ofensiva de Atlanta, Patriotas avanzó pero al final de cuentas se tuvo que conformar con un segundo gol de campo que dejó los cartones 28 a 12 (demasiada distancia aún), sin embargo jugadas después una distracción de Devonta Freeman, explosivo corredor de Atlanta, quien en un parpadeo dejó pasar a Dont`a Hightower quien no solo capturó a Matt Ryan sino que forzó una perdida de balón para Atlanta en su yarda 30, Brady no desaprovechó el regalo, anotó un touchdown y se lanzó por la conversión de 2 puntos, apretando el marcador a un 28-20, Atlanta intentó retomar el camino que los había llevado a barrer a Nueva Inglaterra en el segundo y tercer cuarto, y parecía que lo lograban luego de que una mágica atrapada de Julio Jonnes los llevó a zona de gol de campo, sin embargo un sack de la defensa Patriota los hizo perder 15 yardas y en la siguiente jugada una infracción de la ofensiva anulo un avance de 9 yardas y los retraso otras 10 por el castigo, sacándolos de distancia del gol de campo salvador .
Para ese momento, faltaba menos de 4 minutos para que acabara el partido, pero en los rostros de Matt Ryan y Dan Quinn se podía leer el temor y la inseguridad; en las tribunas Blank había dejado de bailar y se preguntaba: ¿Qué diablos estaba pasando?, mientras su esposa le miraba con gesto de preocupación.
El momentum, ya dijimos pertenecía a los Patriotas y hasta la Diosa Fortuna les sonrió cuando dejó que un pase lanzado hacia Julian Edelman vigilado con una cobertura doble, resbalara golpeara la pierna de uno de los dos defensivos de Atlanta y cayera amorosamente en las manos de Julian completando un “milagroso” pase, en ese instante estaba claro que nada podría detener a Brady y compañía en su búsqueda de empatar el juego, instantes después volvían a entrar en las diagonales de Atlanta e intentaban la conversión que les daría un increíble empate, Danny Amendola con esa hambre de triunfo que mostró todo su equipo en los últimos 17 minutos del partido penetró en las diagonales logrando los añorados dos puntos.
La hazaña estaba consumada y el corazón de los Halcones de Atlanta roto, se fueron a tiempos extra, pero a esas alturas del partido, era más que evidente quien sería el ganador: Patriotas ganó el volado y pidió recibir (ya no estaban dispuestos a “prestarle” la pelota a la poderosa ofensiva de Atlanta, 4 minutos y 75 yardas después Jammes Withe (¡¡que running back tan pundonoroso!!) atravesó la línea de Gol de Atlanta y se escribió la historia.
Tom Brady, el chico que lloró cuando en el Draft del 2000, miró pasar 198, nombres 6 de ellos de QB´s, antes de oir el suyo, ese que siendo novato se acercó al Dueño de los Patriotas para garantizarle “Que con él había hecho su mejor negocio”, aquel que de joven solamente aspiraba a que algún día tuviera el dinero suficiente (¡no mucho, claro!) para poder tirar sus calcetas sucias en vez de lavarlas, se había transformado en el único Mariscal de campo en poseer 5 anillos de Superbowl y 4 nominaciones como el JMV del gran juego.
Por todo ello, al mirarlo recuerdo a Alejandro Magno, ambos triunfadores, avasallantes y conquistadores, sólo hay una diferencia: ¡¡el reinado de Alejandro Magno duró 7 años, y el de Brady lleva ya 16!!.
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José Cárdenas