Las reacciones internacionales no se han hecho esperar después de que Donald Trump haya cerrado por decreto las fronteras estadounidense a todos los refugiados y a los inmigrantes de varios países musulmanes como medida de protección contra el terrorismo islamista. La medida, de carácter en principio temporal, levanta ampollas entre los países cuyos ciudadanos han sido vetados. Uno de ellos es Irán.
Sin citar expresamente a Trump, el presidente iraní, Hasán Rohaní, ha criticado este sábado el hecho de que todavía haya quien quiera levantar muros entre los países: “Hoy ya no es tiempo de levantar muros entre las naciones. Se han olvidado de que el muro de Berlín cayó años atrás”, afirmó Rohaní.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Mundial de la Migración han publicado un comunicado conjunto en el que expresan su inquietud: “Esperamos que Estados Unidos continuará su (…) larga tradición de proteger a aquellos que están huyendo de conflicto y persecución”, reza el texto.
El cierre de fronteras a los refugiados durará cuatro meses, salvo para los sirios, cuya entrada en Estados Unidos queda prohibida de forma indefinida.
“Las familias sirias vienen aquí debido a la situación política. Por desgracia, Trump no los quiere y, por desgracia, hay gente que le apoya porque nunca ha atravesado por situaciones difíciles, por una depresión o una guerra”, dice Sammy, quien llegó a Estados Unidos como refugiado palestino.
“Estoy a favor de un aumento de la seguridad y de que se investiguen los casos, pero estoy en contra de cualquier perfil racial”, afirma otro hombre, que también dice haber llegado con el estatuto de refugiado.
“Las familias sirias vienen aquí debido a la situación política. Por desgracia, Trump no los quiere y, por desgracia, hay gente que le apoya porque nunca ha atravesado por situaciones difíciles, por una depresión o una guerra”, dice Sammy, que llegó a Estados Unidos como refugiado palestino.
“Estoy a favor de un aumento de la seguridad y de que se investiguen los casos, pero estoy en contra de cualquier perfil racial, afirma Ayman Balshee, quien también entró como refugiado.
Este decreto estará vigente mientras Estados Unidos revisa todos sus programas migratorios. Muchos sectores consideran que la medida va en contra de los valores fundamentales del país y algunos denuncian su carácter discriminatorio por estar orientado a los musulmanes y porque además Trump ha declarado su intención de dar prioridad a las solicitudes de refugio de los cristianos sirios.