El país que Donald Trump recibirá el próximo 20 de enero es más fuerte y próspero que el que enfrentaba una de las peores recesiones económicas ocho años atrás, aunque los retos que continúa enfrentando son significativos, dijo hoy el presidente Barack Obama.
Al presentar un sumario de los resultados de sus ocho años de gobierno a poco menos de dos semanas de la transferencia de poder, Obama se declaró orgulloso de los logros que, -dijo- fueron posibles por la dedicación de los miembros de su administración y los millones de estadunidenses que lo eligieron y reeligieron.
“A partir de varias mediciones, nuestro país es más fuerte y más próspero que cuando iniciamos, una situación que estoy orgulloso dejar para mi sucesor”, indicó el mandatario en una extensa declaración dada a conocer este jueves por la Casa Blanca.
Obama recordó que el país que heredó tras su triunfo en las elecciones de 2008 se encontraban inmerso en una espiral financiera y económica que amenazaba la industria automotriz, “el latido mismo” de la industria manufacturera, un desempleo superior a 10 por ciento y 180 mil tropas desplegados en Irak y Afganistán.
“Ocho años más tarde, una economía que se estaba reduciendo en más de 8.0 por ciento ahora está creciendo en más de 13 por ciento y las empresas que estaban sangrando puestos de trabajo desencadenaron la racha más larga de la creación de empleo en el registro”, señaló.
Destacó igualmente que seis años después de la aprobación de la Ley Asequible de Salud o Obamacare, 20 millones de estadunidenses adultos y tres millones de niños más tienen acceso ahora acceso a seguros de cobertura de gastos médicos, dando a esta población seguridad financiera y paz mental.
Asimismo, hizo notar que gracias a la inversión en energías renovables, la dependencia de Estados Unidos en importaciones de petróleo se ha reducido en más de la mitad, a la vez que la producción petrolera de energía a partir de fuentes que no provienen de hidrocarburos se ha duplicado.
En el frente de seguridad, Obama puso de relieve el hecho de que tras los ataques terroristas de septiembre de 2001, Estados Unidos no ha enfrentado atentados similares, y se logró desmantelar complots, Osama bin Laden fue eliminado y el número de tropas en Irak y Afganistán se redujo a 16 mil.
Obama dijo que su gobierno trabajó igualmente para cambiar el rostro de Estados Unidos para hacerlo más justo e incluyente, avanzando la reforma del sistema de justicia, en la igualdad de salarios, promoviendo normativas contra la discriminación de la comunidad LGBT y fortaleciendo sus derechos, e incorporando más mujeres a la Suprema Corte de Justicia.
El mandatario reconoció que el progreso logrado vino aparejado con reveses, en particular la negativa del Congreso para aprobar nuevas leyes tendientes a mejorar el control sobre armas de fuego, así como el fracaso del proceso para aprobar una amplia reforma migratoria.
Obama se dijo privilegiado por haber servido como presidente, “y conforme me preparo a traspasar la batuta y hacer mi parte como un ciudadano privado, estoy orgulloso de decir que hemos sentado una nueva base para Estados Unidos”.
Fuente: Crónica