Si el presidente Enrique Peña Nieto evaluaba la conveniencia de viajar a Washington,@realDonaldTrump le ahorró la tarea. El tuitazo mañanero disparado desde la cuenta personal del vecino energúmeno, es un berrinche abrupto en respuesta a la rotunda negativa mexicana de pagar por “el muro”.

El mensaje del gringo majadero sugiere cancelar la reunión programada para el martes; opta por la confrontación vía la sumisión, donde no cabe la negociación. Los viejos canales diplomáticos están de adorno ante el carácter desbordado del poderoso imprudente.

Para México, el desafío es superlativo. Dialogar con apremio, en un ambiente hostil, sin márgenes de negociación, obliga al gobierno a echarle muchos kilos a la paciencia y toneladas de imaginación; prepararse para enfrentar el peor escenario.

El desplante de Trump no es mala noticia; cancelar de inmediato y dejar de alimentar la especulación, ha sido la mejor decisión; la dignidad no se negocia. El gobernante norteamericano, en su afán de humillar al vecino débil, pone en bandeja la necesidad de que Peña Nieto asuma un verdadero liderazgo nacional; cuenta con el apoyo de todos los sectores; hasta López Obrador lo respalda. El Presidente de la República debe aprovechar el impulso de la decisión forzada y encabezar otro Pacto por México para enfrentar la furia del imprudente magnate, quien sólo confirma ser nuestro nuevo mejor enemigo.

EL MONJE DESORIENTADO: –Disculpe joven, ¿para Estados Unidos por donde me voy? –Siga todo derechito… hasta topar con pared.