Benjamín Torres Uballe
A raíz de las estúpidas agresiones del dictadorzuelo Donald Trump, los mexicanos nos hemos unido en un hecho que parecía imposible de llevarse a cabo: la defensa del Presidente de México.
El deterioro de la imagen presidencial y su equipo de trabajo se ha dado a grandes pasos. La desaprobación a la tarea del huésped de Los Pinos se ubica en niveles alarmantes. Diversas circunstancias conocidas por la opinión pública llevaron a ello: la desbordada corrupción en la administración peñista, la ‘Casa Blanca, el nefasto contratismo, la violencia, los millones de pobres, y una que destaca: la obstinación por imponer a sus amigos en puestos claves del gobierno.
Un ejemplo incontrovertible: la triada de los primos Cervantes. Humberto Castillejos Cervantes, consejero jurídico del Ejecutivo Federal; Raúl Cervantes Andrade, procurador general de la República y Alfredo Castillo Cervantes, titular de la Conade. Pero tampoco pasa desapercibido el favoritismo para el servil ex secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, hoy convertido por la gracia presidencial en director general del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi). Es evidente que a Peña Nieto le tienen sin cuidado las críticas por esta “afición”.
Y tanto desestima dichos señalamientos que, -a pesar del alto costo que le implicará- la imposición de su primo Alfredo del Mazo Maza como candidato del PRI para gobernador del Estado de México, está en marcha. La desesperación por intentar conservar el control de la entidad –con todo lo que eso significa-, es al mismo tiempo una cuestión de orgullo para el grupo mexiquense.
México hoy sufre los embates demenciales de un tirano fascistoide, ante ello no queda otra opción que permanecer unidos ante la peligrosa esquizofrenia del hitleriano mandamás estadunidense.
No obstante, ello no debe interpretarse en modo alguno que, como sociedad, dejemos pasar las pifias del mandatario mexicano. Una cosa es que defendamos a ultranza lo que representa, lo cual no está a discusión, -vamos, hasta el propio Andrés Manuel López Obrador ha salido en la defensa- y otra que nos tornemos laxos de la noche a la mañana en asuntos que nos afectan y con los que diferimos.
Como el gasolinazo, que nos fue asestado de forma inmoral e injustificada y con los que nos amenazan para el resto del año. O con los abusos de la misma clase gobernante y de la alta y nociva burocracia. Bonos secretos y no secretos, las eternas prerrogativas, los infaltables negocios al amparo del poder y ciertos polémicos, además de reprobables, nombramientos públicos; con todo ello no estamos conformes y como población debemos seguir manifestándonos en contra.
De ahí que resulte sorprendente que con todo el abanico de yerros, el apoyo al presidente Enrique Peña Nieto en contra del tóxico republicano haya sido de forma prácticamente unánime. Pero no deben confundirse en Los Pinos. La solidaridad es obligada. Sin embargo, el círculo presidencial tiene muchas deudas con la población. Por ejemplo, no está solucionado el tema de Javier Duarte, y nadie cree que en el gobierno desconozcan el paradero del prófugo ex gobernador de Veracruz que saqueó al estado. Menos, que ignoren dónde está el otro pillo, Tomás Yarrington.
Resulta que el tema Trump es un “oportuno” distractor para ciertas penurias oficiales derivadas del alza a los combustibles y al gas LP y por el hartazgo de los mexicanos hacia la clase política en general. En los próximos días el anuncio de un nuevo gasolinazo puede exacerbar las profundas molestias existentes en los consumidores de gasolinas por otro aumento y la consecuente cadena de alzas a no pocos productos de la canasta básica, aunque las autoridades insistan en negarlo.
Intentar confundir convenencieramente la lealtad de los mexicanos hacia la patria es un error monumental. Defenderla de los intereses oscuros y perversos del “peliteñido” Donald Trump, está en el corazón y amor de cada connacional. Mas el país debe seguir adelante sin importar lo inextricable que parezca la ruta que conduce a la frontera norte de la república mexicana.
Hoy, es irrefutable, México precisa estar unido, mostrarse como la nación poderosa que conforman millones de mexicanos trabajadores, honestos, leales y generosos que no dejarán de apoyar al presidente constitucional de esta gran tierra azteca, pero que tampoco dejarán de exigirle un cambio sustancial en la manera de gobernar a 120 millones de ciudadanos, pues hoy los resultados han sido insuficientes, mediocres y en algunos casos francamente ofensivos.
Viva este maravilloso México de tan corta memoria cuya grandeza está basada en sus habitantes y el esplendor de su vasta historia y que ningún abyecto gringo patán fascista manchará con sus ideas retrógradas, por más que se asuma como un auténtico pistolero del viejo oeste.
ELIMINAR SENADORES Y DIPUTADOS PLURINOMINALES
Durante las reuniones plenarias de los legisladores del PRI, celebradas este lunes, el dirigente nacional del tricolor, Enrique Ochoa Reza, propuso eliminar 100 diputados y 32 senadores plurinominales. También, evitar el inminente gasolinazo de febrero.
La debacle priista en el proceso electoral de junio pasado, lo obliga a poner sobre la mesa temas que resulten rentables en las próximas elecciones. La desesperación es mucha y se entiende.
Sólo hay que informarle al ex director de la CFE –de donde salió muy bien liquidado- que su propuesta en el caso de los diputados es una promesa incumplida de su jefe, el presidente Enrique Peña Nieto.
@BTU15