Lo que inició como un mediodía amargo, con gol de vestidor, se convirtió en una nueva tarde de júbilo. Pumas sigue sumando y ya entabló tres triunfos al hilo. Este domingo, el sinodal superado fue Necaxa, al que venció gracias a goles de Nicolás Castillo y Pablo Barrera.
La mañana no pudo comenzar peor para Pumas. Había transcurrido un minuto de juego frente a Necaxa, cuando Jesús Isijara se encargó de marcar el primer tanto del encuentro. Los Rayos tomaron desprevenida a la zaga local y gracias a un potente disparo, logró inaugurar el electrónico. El script necaxista posterior consistió en aguantar los embates del enemigo; Pumas intentaba, pero carecía de coherencia en la zona de ataque: Bryan Rabello y Jesús Gallardo trataron de combinar más de una ocasión, pero les faltó comunicación o vértigo para que fructificara.
Rabello intentó por distintas vías, pero carecía de profundidad; fue el elemento de ofensiva que mayor contacto tuvo con el balón, aunque su escasa efectividad llegó a tal punto que en cierto momento, un aficionado auriazul se levantó de la grada y dijo: «Palencia, ya saca a ese bulto». Otra partido nublado para el andino, con el sol pegando al máximo.
Al cierre del primer tiempo, Alfredo Saldívar, sí, quien ingresó de cambio por Alejandro Palacios, tuvo un par de ocasiones en las que intervino para acabar con el peligro. Necaxa estaba cómodo con el marcador tentativo y más aún, con la propuesta que seguía al pie de la letra. 45 minutos restantes para consumar un valioso triunfo.
Apenas había arrancado el complemento, y Pumas ya había empatado el marcador. Con asistencia de Gallardo, Nicolás Castillo convirtió el tanto del empate. El tanto revitalizó las esperanzas de los de casa, les inyectó ánimo y asumieron mayores riesgos. El premio se aumentó al 70′, cuando Pablo Barrera tomó la pelota desde media cancha, combinó unos metros adelante con Van Rankin, para encarar hacia el arco de Marcelo Barovero y llevar a la pizarra el 2-1. Ya en el 89’, Bryan Rabello sentenció con un remate a la portería que puso el 3-1 definitivo. Como parte de un desenlace de película, a los pocos instantes, el ‘8’ abandonaría la cancha lesionado, eso sí, brindándole el triunfo a los suyos.
Fuente: Milenio