El expresidente de los EU, Barack Obama, cedió este viernes el protagonismo a su sucesor Donald Trump sin ningún gesto remarcable que se saliera del protocolo que marca la ceremonia de investidura del nuevo presidente de los EE.UU. Antes de ella, se despidió por Twitter, publicitó su fundación, y poco más. Y, al término, ha abandonado el Capitolio, como manda la tradición, en helicóptero presidencial rumbo a la base aérea Andrews de Maryland.
En todo momento, desde que recibió al matrimonio Trump en la Casa Blanca hasta que se subió al aparato, Obama exhibió cordialidad e incluso simpatía con su sucesor, pero permaneció con semblante serio durante el discurso del que ya es el 45 presidente de los EE.UU. y que no ha sido precisamente conciliador con el legado que recibe.
Obama aprovechó su despedida a través de las redes sociales para anunciar la creación de una fundación que llevará su nombre. “Ha sido el honor de mi vida serviros. ¿Me habéis hecho un mejor líder y un mejor hombre “, tuiteó el presidente saliente en la cuenta oficial de @POTUS. “No voy a parar, estaré ahí con vosotros como ciudadano, animado por la voz de la verdad, la justicia, el humor y el amor “, dijo.
Por cierto, al mismo tiempo que Trump era nombrado presidente, la cuenta @POTUS pasaba a ser la de Trump, mientras que la de Obama se transformaba en @POTUS44.
En la misma cuenta anunció la creación de la fundación Obama y pidió a sus seguidores y conciudadanos, que la usen para compartir con él sus opiniones”.
El enlace a la fundación (Obama.org) lleva a un vídeo de dos minutos de presentación de la pareja Barack y Michelle Obama, junto al eslogan que repitió en su último discurso en Chicago el 10 de enero: “No os pido que creáis en mi capacidad para cambiar las cosas, sino en la vuestra.
Durante la ceremonia, no ha habido demasiados gestos a destacar. Obama ha salido al estrado acompañado por el que ha sido su vicepresidente durante los últimos ocho años. Ambos han sido recibidos con aplausos por los asistentes. Los saludos entre el presidente saliente y el electo han sido cordiales e incluso Trump, más protocolario que sincero, ha agradecido a Obama su “gran trabajo”.
En cambio, Obama ha optado por no aplaudir ni una sola vez ninguna parte del discurso de Trump, en el que el ya presidente ha repetido sus consignas de campaña y se ha mostrado decidido a pensar “primero en los EU”. Obama ha permanecido con semblante serio. Esta misma semana, había anunciado que vigilaría cualquier paso que pudiera dar su sucesor en contra de los “valores” americanos. Pero eso ya será lejos de la Casa Blanca: Obama ya es historia.
Fuente: Vanguardia