La comunicación no es remedio para todos los males, pero no cabe duda que el gasolinazo es una prueba que el gobierno de Peña Nieto nomás no encuentra la brújula. Han hecho y dejado de hacer lo suficiente para contribuir a la irritación colectiva y sigue sin poner agenda.
Los aumentos y los impuestos jamás se reciben con gusto, pero un atenuante es explicarlos en tiempo y forma; para el caso ni lo uno ni lo otro.
Se supone que la principal aportación de Peña Nieto serán las reformas estructurales, en particular la energética. Errores de comunicación: hacer creer que bajarían los precios, la gente no distingue si hablaban de la luz o de otros energéticos; luego en boca del propio presidente se prometió que no habría más gasolinazos; otra vez, la gente no tiene por qué distinguir aumentos mensuales de un incremento de trancazo.
Luego, el gobierno le dejó la iniciativa a la especulación, tal vez pensando que el impacto sería menor deslizándola poco a poco. Imposible, es un tema fundamental, para cuando Pemex y Hacienda confirmaron la versión, el gasolinazo ya estaba causando malestar.
Sigue la lista. El PRI se quedó sin otra carta para el 2018, uno de sus posibles es (era) José Antonio Meade. El Secretario de Hacienda tuvo que cargar con los costos, la memoria colectiva hoy tiene a Peña Nieto y a Meade como los responsables del encarecimiento, y aunque lo duden, no se olvidará.
Por si fuera poco, el discurso de Meade fue desastroso, con explicaciones complicadas y de remate eso de que “el aumento beneficiará a nuestros hijos”, fue llevado de inmediato a las redes con los memes.
La más reciente fue la ocurrencia de tratar de diluir el impacto del gasolinazo con cambios en el gabinete, el presidente recurre a su alter ego, con todo lo que significa, Luis Videgaray, con el peregrino argumento de que fue el contacto con el equipo de Trump, hay que tener claro que su principal interlocutor sería el Secretario de Estado propuesto, Rex Tillerson y pues no, no lo conoce; pero sobre todo porque la diplomacia de Videgaray es propia de un elefante.
Finalmente, los errores de comunicación se enfatizaron con el primer acto del año, Peña Nieto, recurre a una rueda de prensa en lugar del mensaje anual, tal vez pensaron, es un decir, ¿con qué cara decirle a los mexicanos “feliz Año Nuevo”?
Para el registro: Peña Nieto como Salinas de Gortari, ante el desbarajuste que Manuel Camacho propició con la candidatura de Colosio, lo mandó a Relaciones Exteriores sin la menor experiencia diplomática.
Como nunca antes, un presidente electo de Estados Unidos ha borrado al presidente en funciones. La puntilla fue el anuncio de la desaparición de la Ley de Cuidados de la Salud Asequibles (Affordable Care Act), mejor conocida como Obamacare, por el vicepresidente electo, Mike Pence. No pudieron esperar dos semanas para borrar uno de los principales legados de Barack Obama, quien desde hace más de un mes prácticamente ya no gobierna, su única decisión relevante fue imponerle sanciones a Rusia por el supuesto hackeo en contra del partido demócrata y contra la elección del pasado 8 de noviembre y aún este tema fue desestimado por Rusia y desairado por Donald Trump.