Construir un muro, una barda, una puerta en territorio de Estados Unidos «es problema» de ese país pero el anunciarlo «es un mensaje de exclusión, de separación, de ‘no los queremos ver’, tiene un valor simbólico que rompe una relación entre países que cada vez han sido más fuerte a nivel de economía y de sociedad…».
Así lo señaló Tonatiuh Guillén López, presidente del Colegio de la Frontera Norte, quien expresó: «Hacer muros es un contrasentido a la dinámica de relaciones que han sido más intensas.» Además, es relevante «la presentación que ha hecho Trump no sólo en la campaña e, incluso, su vocero que el muro lo va a pagar México.»
Entrevistado en el noticiero de José Cárdenas, el catedrático señaló que dichos señalamientos son «una franca agresión a la soberanía del país, es un trato de país subordinado, de no respeto de la integridad nacional.»
Guillén López apuntó que si la relación, a nivel de gobierno, «el punto de partida es esta grosería que no respeta soberanía ni la integridad nacional, ni la historia de las relaciones, esto tiene que ser un punto de entrada que el gobierno mexicano debe enfatizar y, sobre todo, de ser muy claros y contundentes que ese tipo de trato no sirve para el diálogo, ese tipo de relación no es en lo que nosotros debemos estar.»
El director del Colegio de la Frontera Norte criticó el argumento esgrimido por el presidente Donald Trump respecto a que la orden ejecutiva firmada este día, «es una reacción ante el crecimiento intenso de la migración hacia Estados Unidos, lo cual es falso. Lo que ha ocurrido en los últimos años, sobre todo de 2007 a la fecha es un decrecimiento espectacular de la movilidad de los mexicanos (…) Ya no vamos a Estados Unidos.»
Por lo anterior, Tonatiuh Guillén López consideró que el mandatario estadounidense maneja «un discurso con total impunidad».
Explicó que «el punto central no es el muro. Ese ya existe en partes urbanas grandes. No es una herramienta para frenar a una migración que ya no existe, y tiene un valor simbólico de exclusión y separación inaceptables y, sobre todo, hay un mensaje indigno a México de trato de país subordinado.»