La final femenina del sábado en el Open de Australia representará mucho para cualquiera que la gane o pierda. Será un duelo entre las dos hermanas Serena y Venus Williams, y además de sentimientos habrá demasiado en juego.
Serena, seis veces campeona, que venció a la croata Mirjana Lucic-Baroni, por 6-2 y 6-1 en tan solo 50 minutos, se situó a una sola victoria de recuperar el número uno del mundo, y de ganar superaría además a Steffi Graf y se colocaría a un solo título del récord del Grand Slam de Margaret Court (24).
Venus, de 36 años, convertida ya en la mujer de mayor edad en alcanzar la final de un Grand Slam desde que comenzó la Era Open, y que derrotó a su compatriota Coco Vandeweghe, por 6-7 (3), 6-2 y 6-3, en dos horas y 26 minutos, tendrá la segunda oportunidad en su carrera de hacerse con uno de los Slams que faltan en su historial, además de Roland Garros.
“Es mi rival más dura, nadie me ha ganado tantas veces como Venus lo ha hecho. Siento que cualquiera que gane, ganaremos las dos”, señaló la pequeña de las Williams recordando que en sus 27 enfrentamientos, ella ha vencido en 16 y ha perdido 11.
Venus regresa a una final del Grand Slam por primera vez desde Wimbledon en 2009, y después de la que perdió en Melbourne contra su hermana en 2003, en el único enfrentamiento con ella en estas pistas.
“La primera vez que gané un Slam era una niña y ahora todavía lo soy en mi corazón”, dijo una Serena exultante. “Por supuesto que quiero ganar la final, es maravilloso si tu rival es tu hermana, es increíble. Ella es mi mundo, mi vida, mi gran hermana. Estoy muy feliz por ella. Estar las dos en la final es el gran sueño hecho realidad y no importa quien gane”.
La checa Hana Mandlikova, ganadora en dos ocasiones del Abierto de Australia, el último hace 30 años (1980 y 1987), entregará el sábado la Copa Daphne Ackhurst, que distingue a la campeona.
Fuente: Marca