En México y América Latina es muy fácil matar a un ecologista. Al menos eso reflejan las cifras. ¿La razón? Quizás porque es la región con mayor biodiversidad del mundo.
En Latinoamérica se encuentran la mitad de los bosques tropicales del mundo, el 33% de los mamíferos, el 35% de los reptiles, 41% de aves y 50% de anfibios. La mitad de estas joyitas genéticas que son los endémicos. En esto último el Caribe es único.
Esta biodiversidad no solo es fuente de recursos genéticos sino de enormes beneficios económicos. Baste decir que AL aporta el 40% de la energía de los EU. Esto da un indicio del porqué Bertha Cáceres fue asesinada en Honduras por oponerse a la construcción de la presa hidroeléctrica de Agua Zarca. Ganó el Premio Goldman de ecologismo, el Nóbel Verde, en 2015.
Su movimiento ecologista hizo que el Banco Mundial y la empresa China Sinhydro se retiraran del proyecto. Recibió un sinnúmero de amenazas. La Comisión Internacional de los Derechos Humanos había pedido medidas cautelares por estas amenazas. No fueron tomados en cuenta. Recibió dos tiros en su casa en presencia del mexicano Gustavo Castro. Su asesino material un hondureño, Edilson Duarte curiosamente fue detenido en México.
Recientemente la Revista Alemana Echos (ecos) le encargó a Rubén Arvizu Director para América Latina de Ocean Futures Society, la fundación de Jean Michel Cousteau para la que colaboro, la realización de un artículo sobre el tema.
El artículo lo tituló Rubén Los Peligros de Defender el Medio Ambiente en América Latina, escribe: “un defensor del medio ambiente es una persona que protege y cuida su entorno natural, en su lucha expone su persona y su bienestar en beneficio de sus semejantes. Es una especie en extinción”.
En Costa Rica la llamada Isla de la Paz por el Capitán Cousteau el ecologista Jairo Mora que protegía la toruga laud, Dermochelis Criacea y sus nidos en la costa Atlántica, fue asesinado después de ser secuestrado y torturado el 31 de mayo del 2013 junto a unas monjas, tres americanas y una española que fueron liberadas, nos cuenta Rubén. OFS escribió al gobierno del país centro americano una carta enérgica pidiendo se esclareciera el crimen.
Cuatro meses después de Bertha Cáceres en Julio de 2016, fue asesinada Lesbia Yaneth Urquia compañera de lucha de Bertha Cáceres. Un año antes en Colombia, Favio Moreno quién estuvo escondido 10 meses de los asesinos de un compañero suyo. Ellos y varios grupos indígenas protegían sus tierras de un proyecto de extracción minera de oro que es sumamente contaminante y deja los suelos y el agua inservibles. “Si saben lo que les conviene, mejor váyanse”, les advirtieron.
http://ep00.epimg.net/descargables/2016/06/20/8b5a1f34e859db962be9f3cab9f454b1.pdf?rel=mas
Falta aún el reporte de 2016 pero hasta ahora 2015 ha sido el año con mayor cantidad de asesinatos de defensores ecologistas con 185 asesinatos en 16 países, según el Resumen ejecutivo de la ONG Global Witness. Tuvo un aumento de 60% respecto a 2014. En AL ocurrieron el 60% siendo Brasil el primer lugar con 50, seguido por Colombia con 33.
“El asesinato se ha convertido en algo políticamente aceptable para conseguir objetivos económicos”, dijo a la ONG Felipe Milanez director adjunto de Nat Geo en la región. Hay connivencia entre los estados y los intereses corporativos. Es el nuevo campo de batalla para los derechos humanos. La minería, la agroindustria y las generación de energía los principales móviles. De los casos bien documentados 16 fueron perpetrados por grupos paramilitares, 13 directamente por el ejército, 11 por la policía y 11 con guardias privados.
La tala ilegal causó el asesinato de 15 activistas. Brasil provee el 25% de los mercados de tala ilegal. Recientemente en México el 20 de enero, Isidro Baldenegro indígena tarahumara también ganador del Premio Golman en 2005 fue asesinado de seis balazos por defender el bosque de sus ancestros. Isidro sabía que lo iban a matar. Igual sucedió con su padre en 1986. Sus asesinos lo buscaron en una casa remota que pertenecía a su tío en la sierra a donde se había escondido. Se cree que el asesino era alguien quién le conocía.
Desde la muerte de su padre Julio Baldenegro, Isidro tomó su relevo a los 20 años, en uno de los países más peligrosos del mundo para ser ambientalista. La sierra Tarahumara en Durango está en pleno territorio de la guerra del narcotráfico en este estado fronterizo con los EU. Los ambientalistas han denunciado que la violencia y el arrebato de tierras se han intensificado por este motivo. América Latina es mortal para ejercer el ecologismo.
María Da Conceição Chaves Lima sobrevivió al ataque en el que su marido Raimundo Dos Santos murió tras recibir doce balazos en Barsil por oponerse a la tala de la selva del Amazonas. Ella recibió varios tiros de los que se recuperó. Es asesora del Instituto Chico Méndes para la Conservación de la Biodiversidad, que recibe su nombre de un activista de los años 80.
Francisco Alves Mendes Filho, mejor conocido como Chico Mendes era un humilde cauchero de Xaripú un pueblo perdido en la Amazonía. Hizo una revolución en el campo, organizo un movimiento para que la gente fuera consciente que su superviviencia dependía de la conservación de los bosques.
Batalló contra los terratenientes, los talamontes y contra quienes causaban incendios intencionales. En 1988 un señor le disparó enfrente de su casa. Ese año hubo 104 asesinatos por conflictos de Tierras en Brasil.
Según los datos de Global Witness de 2010 a 2015 se registraron 753 asesinatos en el orbe por defender el ambiente. De estos, tres de cada cuatro se registraron en América Latina, la región más peligrosa para defender el ambiente y donde es más fácil matar a un ecologista.