Una energía «enorme, que puede llegar a la brutalidad». Una autoafirmación continua, un concepto «exagerado» de sí mismo.
Una actitud «beligerante», dispuesta para la confrontación, «para atacar y defenderse, aunque quizá más para defenderse ».
Todo eso –y muchas cosas más– ve en la rúbrica del nuevo presidente de EEUU Jaime Martínez, diplomado por el Instituto de Técnicas Psicografológicas de la Sociedad Española de Grafología.
Para Maria Dolors Mora, vicepresidenta de la Agrupación de Grafoanalistas Consultivos de España, y Lin Pérez-Calvo, psicóloga y experta en análisis de documentos manuscritos, la firma de Donald Trump revela «rasgos de una personalidad del tipo ‘padre crítico’, que para sentirse bien cree necesitar que los demás estén mal para poder afirmarse por encima de ellos, corrigiendo, señalando, vigilando, mandando».
Las especialistas destacan que «la continuidad del movimiento gráfico es tensa, lo que habla de una personalidad cuya única premisa que concibe es vencer, y se regenera, se alimenta y crece frente a la oposición y la crítica».