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Desde la silla de El Director

Publicado por
Aletia Molina

¡Luces!

No hay que temer al grande, sino a la inmovilidad e incompetencia de quienes lo enfrentan.

Vemos cómo han dejado que el tiempo ocupe el hueco y la sociedad se agrupe en un afán patriótico sin dirección ni liderazgo, des-informado y errático que va sin rumbo cierto, transitando desde la indignación pasando por el patriotismo hasta la necesaria validación de los empresarios pues la credibilidad del gobernante se ha perdido irremediablemente.

No conozco y será porque no me la han mostrado, o porque no la hay una estrategia llena de acciones concretas metódicas y sistemáticas para enfrentar la crisis.

Hemos dejado que otros países hablen por nosotros, pero con ellos, no hemos concretado nada. Ni acciones ni posturas. Es indispensable y urgente tener un derrotero cierto para que la nave sobreviva en este mar de incertidumbre.

¡Cámara!

Los escenarios de la negociación han rebasado a los negociadores.

El silencio público que se pidió en cuanto a la declaración del pago por el muro, será la lápida más pesada del C. Presidente frente a su falta de credibilidad.

De la incertidumbre de estos tiempos, la cohesión informada de la sociedad es la demanda que debe hacerse a los medios para lograr con ello certeza y solidez en los argumentos.

Las redes en el paraíso del desorden y anarquía informativa. Hoy los medios electrónicos tendrían que mostrar su estructura, solidez, alcance, penetración y responsabilidad.

Me pregunto dónde están los medios impresos que tienen el espacio y solidez para ello y su resonancia en el resto de los medios.

No he sabido que los hombres que rigen el devenir de la información institucional del gobierno se hayan reunido o convocado a los que, por conocimiento, experiencia y capacidad, puede ayudar en este momento.

A lo más que nos han convocado es a informarnos que el C. Presidente se une a colocar su bandera en WhatsApp.

Y la cultura y sus hacedores se han limitado a darnos un mensaje de la historia pero ninguno ha arriesgado a apostar por el futuro con la libertad creativa que ofrece la academia, el arte y la cultura.

¿No será que de esa grandeza y fortalezca de la que nos vanagloriamos debería surgir la cohesión nacional y la informada ruta de acción?

¡Acción!

Si convocamos a partir de una acción que refleje nuestra identidad multirracial y logramos que las fronteras se rompan desde adentro, seguramente sería más efectiva y más sólida la respuesta.

Habría que llamar la atención de los negociadores que no sólo es cuestión de dinero, de aranceles ni de bardas o de falta de realidad a las carencias que la sociedad, en su frenética búsqueda por el “bienestar”, han dejado atrás en todos los países y pueblos desiguales.

Una reacción multidimensional enfrentará acertadamente a las razones multifactoriales del desequilibrio de hoy.

Más allá de los actos públicos con que pretende el Gobierno mostrarnos su conducción y acreditamiento, deberíamos pedirle que se asignarán tareas específicas y multi direccionadas que se transformen en convocatorias consistentes y sistemáticas a los actores de la sociedad, con rumbo cierto y concertado. que rebase operativamente lo desgastado de estas frases ya conocidas y que lo único que nos dicen es que no llegarán a puerto, que son un paliativo.

El Director

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Aletia Molina