Carlos Raúl Navarro Benitez
El país nuestro, se encuentra dividido. Conservadores contra liberales. Unos van a misa de 7 y otros a la de 8. Republicanos versus monárquicos. Ateos en pugna con religiosos. Derecha e izquierda. Indígenas, populacho andrajoso opuestos a exportadores nativos agringados. Y así, los del norte industrioso que tendrán su muro de lamentaciones, nada tienen que ver con los sureños, indios tercermundistas y paupérrimos.
Los del centro, conservadores cristeros, tienen poco que ver con capitalinos liberales izquierdosos con constitución de avanzada en ciernes. Rabanillos, rojos por fuera y blanqueados por dentro. Costeños del golfo caribeño, soporte de sátrapas expoliadores, Herrera, Duarte, Yunes, contrastando con insurgentes y revoltosos del Pacífico. Peninsulares mayas de cosmovisión antigua, cuyas élites viajan a Miami a adquirir víveres. Alta y Baja Californianianos más próximos a Disneylandia.
La institucionalidad tampoco gobierna el país, anarquía pura y letal, caldo de cultivo ideal para golpe castrense.
El desafío del enfermo mental, otro copetón, nos agarra muy mal parados, casi de rodillas, derrotados, muertos de miedo, indefensos…Próximos a terapia intensiva. La administración del territorio, es de los poderes fácticos, de caciques regionales, familias monárquicas en república de charango y pandereta que heredan el trono, ahí están los Cárdenas, los Beltrones, las Robles, los Yunes, los Moreiras, los Murats, y así, el país está bajo control familiar, militar y del crimen organizado y desorganizado.
Un cúmulo de impuestos, otro tipo de derecho de piso, se cobra en Hacienda. Pero únicamente a los causantes cautivos, porque los feudales empresarios y monopolistas, gozan de prebendas y exenciones múltiples. La mayoría, no existen cálculos precisos, circula en sentido contrario. La nombrada economía subterránea, visible por todos lados. En fin, corrupción extendida y patológica que mantiene exhaustos a ciudadanos y barones de todo tamaño. Por otro lado, los inversores foráneos cargan al comprador de productos y servicios nativo un porcentaje de lo que les extirpan por operar acá. Hay que cubrir costo de permisos oficiales y extra oficiales, so pena de ser agredidos, sacados del mercadillo.
Ahora bien, el colapso del presidencialismo generó una diáspora de liderazgos. Igualmente la caza selectiva de capos y cárteles, fragmentación de bandas criminales. En este país, el suyo y mío, hay zonas cada vez más extendidas de ingobernabilidad. Las confrontaciones por mantener control y expulsar rivales son cotidianas. Daños colaterales, léase civiles, mayúsculos. Víctimas propiciatorias e inocentes constantes. Puertos y fronteras porosas que sirven de paso para todo tipo de mercancías ilícitas. Pregunte por el trasiego de armas, dinero, drogas o incluso de seres humanos que viajan de un lugar a otro sin identificación y mucho menos pasaporte.
Existe un riesgo evidente de colapso en la fórmula republicana y federalista, si no es que ya se propagó. Especialistas como Javier Esteinou refieren la cuarta «República mediática», quedando anuladas, la Independencia, Reforma y Revolución. Los poderes constitucionales tradicionales, ejecutivo, legislativo y judicial, equilibrio de poderes inexistente históricamente, coexisten o están anulados por los fácticos, facinerosos, fascistas (tres efes).
Ante la amenaza exterior del otro lado del border se exhuma el nacionalismo. ¡Ahí viene el lobo pelirrojo! mientras nos colocamos disfraz de caperucita. También se desentierran los conceptos prostituidos de Patria, patriotismo y cohesión social cuando históricamente propiciamos exactamente lo contrario. Todo para enfrentar al enemigo que apenas antes de ayer, era muy amigou, aunque únicamente defendiera sus intereses frente a los de acá que son de ambos. Una clase política que fue educada allá para servir y operar sus intereses en la colonia tricolor. Generaciones de niños y jóvenes adoctrinados desde la televisión primordialmente con mentalidad extraña, extranjera a su idiosincrasia y valores. Ya no se utilizan ejércitos para invadir, lo de ahora es domesticar mentes.
Quizá nos unamos temporalmente para después devorarnos cual águilas contra serpientes. O posiblemente construyamos otra fórmula que nos libere de esta enajenación o auto aniquilación extendida. Eso esperan propagandistas y providencia listas. Perdimos tiempo y recursos preciosos. Los dilapidamos. Mirados desde la atalaya del Tío Sam y a partir de complicidades múltiples. Hoy, hoy, hoy, lloramos cual mujeres lo que no pudimos crear y sostener como masculinos. (Refrán misogeno)
Otro escenario es la diáspora, autonomías regionales, balcanización sustentada en rasgos culturales comunes, ancestrales. Y en odios irracionales. En voz baja, varios estados norteños mencionan la anexión a Estados Unidos. Una porción significativa de la vida cotidiana transcurre del otro lado o así se desea. Vender la península californiana para pagar deudas, no Tlaxcala, Baja y alta California. México partido en tres o cuatro franjas. La chicanada que recuperaría los territorios extirpados, así lo prevén algunos futurólogos. Un conglomerado sureño, la otra frontera, de la miseria migrante, pero de tupidos recursos naturales, agua por ejemplo, que incorporaría algunas naciones centroamericanas que antaño constituyeron el imperio Maya. De la región centro no me atrevo a hacer predicción, compre su bola de cristal para mirar el presente y augurar futuros. La vamos a necesitar.