Un Tigres ilusionado con alcanzar su quinta estrella y un América decidido a todo en el año de su centenario, la serie Final del Apertura 2016 se cerrará hoy, en plena Navidad, en un estadio Universitario que será testigo de una definición inédita.
Horas después de celebrar la Nochebuena, el recalentado navideño tendrá hoy a partir de las 18:30 horas un apasionante “postre” futbolístico con un juego de alto vuelo que conducirá directamente al título.
Para conseguir dicho propósito, Tigres y América están en las mismas condiciones de llegar al trono del torneo, sobre todo después del esforzado y disputado empate en un gol que se registró el pasado jueves en el partido de Ida celebrado en el estadio Azteca.
Como en esta instancia ya no cuentan los goles de visitantes, en caso de empate al término de los 90 minutos se jugarán dos tiempos extras de 15’ y de persistir la igualdad todo se decidirá por la vía de los penaltis.
Sin vencedores ni vencidos, el primer acto de la Final fue una apenas una probadita de lo cerrada que puede ser la definición por la corona entre los dos mejores equipos del semestre.
Tigres, que no sabe si podrá contar con su goleador-estrella André-Pierre Gignac, apuesta a celebrar ante su gente un nuevo título como ha ocurrido hace cinco años atrás en el Apertura 2011.
Pero lo que más preocupa a los felinos por estas horas, no es sólo cómo vulnerar el eficiente bloque táctico que seguramente repetirá el América de Ricardo La Volpe, sino en qué condiciones estará Gignac.
El francés, autor de un golazo en el Azteca y que viene embalado en esta Liguilla con seis anotaciones, sufrió una esguince cervical grado 2 tras un golpe y una caída en el partido del jueves, por lo que hasta ayer estaba en duda su participación.
De no jugar Gignac, no sólo perderá Tigres a su jugador emblema, sino que la Final resentirá la baja del talentoso delantero galo por todo lo que viste su presencia en una definición de este calibre.
La lesión de Gignac fue una muestra de cómo fue la primera Final en el Azteca, donde el roce y las fricciones estuvieron a la orden del día, y no se vio mucho futbol “del bueno” como se especulaba entre dos cuadros potentes.
De hecho, América, con todo y cansancio encima, se mostró mejor en el trabajo colectivo que un Tigres que evidenció una considerable falta de ritmo y que sólo lo salvó el atrevimiento y el olfato goleador de Gignac. Los destellos felinos siguen siendo su mejor arma de ataque.
En una Final que se presume romperá el récord de televidentes por tratarse de una fecha inusual de disputa, Tigres quiere que Santa Clós le regale su quinto título para confirmar su gran momento futbolístico-insitucional y, de paso, dejar atrás a Rayados –que ostenta 4 coronas de Liga- en esa lucha que mantienen por el poder del futbol regio.
América, en tanto, buscará su título número 13 frente a un adversario al que ya le ganó dos Finales en época reciente –ambas en el Azteca- y que ahora quiere dar un picotazo con el sello de La Volpe para cerrar con broche de oro el año de su centenario.
Fuente: Vanguardia