Rusia ha propuesto a la ONU abrir cuatro corredores humanitarios para hacer llegar ayuda a 200.000 asediados en el este de Alepo, según anunció el coordinador de Naciones Unidas para la ayuda humanitaria a Siria, Jan Egeland, quien precisó este jueves en Ginebra que al menos 400 heridos graves necesitan una evacuación urgente. “Probablemente no hay gente que esté más en peligro en todo el mundo que estos civiles”, alertó Egeland. En los distritos orientales de Alepo la comida se ha acabado hace tiempo, los pacientes son operados sin anestesia en refugios subterráneos y las calles están sembradas de cadáveres de familias que intenten huir de los combates.
Este es el panorama descrito en la que fue capital económica de Siria por el responsable humanitario de la ONU en una conferencia de prensa retransmitida a través de Internet. Los informes de Egeland reflejan que unas 27.000 personas que han escapado desde el este de Alepo están siendo auxiliadas. El éxodo se produce tras las derrotas sufridas el pasado fin de semana por los insurgentes, que han perdido una tercera parte de los barrios orientales de Alepo que controlaban. La cifra de los desplazados en el interior de la ciudad tras más de cinco años de guerra se eleva ya a más de 400.000.
A su lado, el mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, advertía de que el establecimiento de una “pausa” en las hostilidades sigue siendo su prioridad. De Mistura apeló a los rebeldes a aceptar el establecimiento de los corredores humanitarios con la mediación del Comité Internacional de la Cruz Roja. Grupos de la oposición siria se reunieron el lunes en Ankara con representantes rusos para negociar una tregua en Alepo, según confirmaron el miércoles fuentes rebeldes a France Presse. Delegados de la Coalición Nacional Siria, que agrupara a rebeldes no yihadistas, participaron en la reunión secreta con Moscú. “Rusos y turcos actúan ahora sin contar con EE UU, que está completamente apartado de estas conversaciones y ni siquiera está al tanto de lo que ocurre en Ankara”, citaba el Financial Times en su edición de este jueves a un responsable de la oposición conocedor de las conversaciones.
En un vuelco en la mayor batalla del conflicto sirio, las fuerzas del régimen del presidente Bachar el Asad se han apoderado en los últimos días de más de una tercera parte de los barrios orientales de Alepo controlados por los insurgentes desde 2012. Las tropas gubernamentales cuentan con el apoyo de combatientes aliados chiíes de Irán (Guardianes Revolucionarios), Líbano (Hezbolá) y de milicias iraquíes y afganas.
Rusia, que interviene directamente en la guerra desde hace 14 meses, niega que su aviación haya tomado parte en los últimos ataques a la ciudad, aunque tanto la oposición y como la ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, que dispone de una red de información sobre el terreno, sostienen que los aviones rusos han participado en la campaña de bombardeos masivos que se inició el pasado 15 de noviembre.
Eje Moscú-Ankara
El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, que se reunió este jueves con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, aseguró que su país va a proseguir con los esfuerzos para enviar ayuda humanitaria a Alepo sin dejar de apoyar al Gobierno de Damasco. Los respectivos presidentes, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan, trataron por teléfono el día anterior sobre un eventual alto el fuego en la mayor ciudad del norte de Siria, al tiempo que intentaban solventar sus diferencias sobre el ataque sufrido por soldados de Ankara en el noreste del país árabe.
Fuente: El País