El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, admitió hoy que «personalmente» ha matado a criminales para dar ejemplo a los policías cuando fue alcalde de la sureña ciudad de Davao, antes de asumir la presidencia en junio pasado.
Apenas unas horas después de declararse como «no un asesino» y defender su polémica guerra contra la droga, que ha causado más de dos mil 500 muertos en casi seis meses, Duterte dijo a un grupo de líderes empresariales que él mismo mató a presuntos narcotráficantes.
Duterte, quien es conocido popularmente como «El Castigador» por su política de tolerancia cero a la delincuencia en Davao, recordó que cuando era alcalde solía montarse en su motocicleta Harley-Davidson y patrullar las calles buscando a posibles criminales.
«Buscaba una confrontación, así podía matar», añadió el mandatario, que desde su llegada a la presidencia siempre había negado la existencia del llamado Escuadrón de la Muerte de Davao (DDS), que según opositores sigue operando en la ciudad.
El presidente filipino defendió su lucha contra el narcotráfico, que inició el 30 de junio pasado, el mismo día que asumió la presidencia y aseguró que un tercio de los casi seis mil sospechosos muertos en su guerra contra las drogas fallecieron en operaciones policiales legítimas.
Duterte, conocido como el «Donald Trump filipino», ha prometido acabar con los criminales en sus primeros días de gobierno, llevando a la horca a quienes cometan delitos como el tráfico de drogas, asesinato, secuestro y robo con violencia.
Fuente: Radio Fórmula