Heimlich, que desarrolló una técnica para desatascar vías aéreas obstruidas, falleció en el Christ Hospital de Cincinnati, Ohio, por complicaciones generadas tras un ataque al corazón que sufrió el lunes, informó su familia en un comunicado.
Cirujano torácico que se enfrentó a menudo con la comunidad médica tradicional, Heimlich dijo que la maniobra que recibe su nombre salvó más de 100 mil vidas. De hecho, aseguró haberla practicado él mismo en mayo con otra residente del asilo de Cincinnati en el que vivía.
«Me hizo apreciar lo maravilloso que fue salvar todas aquellas vidas», comentó al Cincinnati Enquirer.
Heimlich presentó su técnica en 1974, tras leer acerca de la alta tasa de muertes en restaurantes que fueron atribuidas en un principio a ataques al corazón, pero que se halló más tarde que se debía a que los clientes se ahogaban con la comida.
Cualquier persona puede convertirse en un héroe gracias a la «maniobra Heimlich», que no requiere equipo, ni una gran fortaleza y tan solo un pequeño entrenamiento.
En aquella época lo más normal era golpear repetidas veces la espalda de la persona afectada por una obstrucción en las vías que conducen a los pulmones.
No obstante, Heimlich, entonces en el Jewish Hospital de Cincinnati, creía que estos golpes en la espalda podían bloquear aún más los conductos respiratorios. Para ensayar su método, usó perros de laboratorio anestesiados, a los que bloqueó sus vías con pedazos de carne atados en cuerdas -por si había que retirarlos en caso de emergencia- y desarrolló una técnica que le haría famoso en todo el mundo.
La maniobra consiste en situarse detrás de la persona afectada, colocar el puño en un punto justo debajo del diafragma y entre los pulmones. Al empujar con fuerza, una bocanada de aire procedente de los pulmones acaba con el atasco.
«Papá fue un héroe para mucha gente en todo el mundo por una razón simple: ayudó a salvar incontables vidas gracias a la innovación del sentido común en procesos y aparatos», dijo su familia en el comunicado.
No obstante, dañó su reputación al asegurar que la técnica servía para limpiar de mocos los pulmones durante un ataque de asma y que era mejor que la resucitación cardiopulmonar para víctimas de ahogamiento, lo que fue rechazado por autoridades como la Cruz Roja y la Asociación Médica de Estados Unidos.
También dijo que las altas fiebres causadas por la malaria estimulaban el sistema inmune del cuerpo lo suficiente como para combatir el sida, el cáncer y la enfermedad de Lyme.
Fuente: El Financiero