Ana Paula Ordorica
Me había llamado la atención la velocidad a la que fue ratificado Raúl Cervantes como nuevo procurador a la salida de Arely Gómez. Esto porque era evidente que el último procurador sería el primer fiscal general con un encargo transexenal de nueve años con el cual trabajará quien suceda a Peña Nieto en Los Pinos.
Ósea que Cervantes no solo se convertía en ese momento en procurador si no en la persona encargada de que se hiciera justicia una vez saliendo Peña Nieto de la presidencia hacia él, los suyos y los que llegaran en el 2018.
Tarea titánica y muy cargada políticamente en un país cansado de que sobre corrupción e impunidad y falte justicia.
Pero se armó Troya entre partidos de oposición y organismos de la sociedad civil y finalmente el presidente se vio obligado a enviar una iniciativa para eliminar el pase automático de procurador a fiscal. Una decisión que no debió haber sido sencilla para el presidente pero que sin duda es ingrediente necesario para que tengamos una Fiscalía General que realmente ataque la corrupción.
Ingrediente necesario, más no suficiente, como dirían los economistas. Estamos ante la oportunidad enorme de poder cambiar la manera como se hace justicia en nuestro país. El propósito de la nueva fiscalía es que la mudanza de la PGR deje atrás los vicios tan grandes que hemos arrastrado históricamente y que dejan sin posibilidad de que tengamos un verdadero Estado de Derecho en México.
Para ello es necesario que la mudanza sea hacia un edificio completamente autónomo del poder ejecutivo, tanto a nivel federal para la Fiscalía General, como a nivel estatal, para las fiscalías locales.
Es el momento y la oportunidad para que se de una reingeniería profunda a la institución de procuración de justicia y transformar así la estructura ineficaz, obsoleta y autoritaria de investigación criminal que hoy tenemos en una versión autónoma encabezada por un profesional en la materia.
Esta transición se da en medio de un proceso sucesorio hacia el 2018 que desgraciadamente ya arrancó. El primer reto será evitar que esto contamine el proceso jurídico. No quisiera ser pesimista pero la clase política actual no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Esperemos que en este tema encuentren la manera de trabajar por el bien del país y no por el suyo como primer incentivo. Suena ingenuo pensarlo. Pronto veremos si se aprovecha o desperdicia una oportunidad más para México.
Apostilla: Arrancó como un presidente afortunado. Se dijo que Peña tenía suerte. Portadas sobre el Mexican Moment y Saving Mexico describen perfecto sus primeros dos años. El discurso de Trump ayer en Indianápolis amenazando a empresas de EUA con que no tolerará que se trasladen a México, las quejas por el ánimo social en el país y las dificultades económicas marcan los dos años que siguieron. Comienzan ahora los últimos dos que se antojan bastante, pero bastante, más complicados.
@AnaPOrdorica