El “justiciero” de la Narvarte quedó libre de culpa. Después de que su imagen fuera difundida, se presentó de manera voluntaria al Ministerio Público de la delegación Benito Juárez, ahí confirmó que es guardaespaldas y que el día de los hechos sólo cumplió con su trabajo: defender a su patrón y a su familia cuando éstos se sintieron vulnerables en el atraco.
El “justiciero” se presentó junto con su patrón, dos personas más como testigos y abogados.
Éstos lo respaldaron y explicaron a la autoridad que tiene mucho tiempo trabajando para la familia, el arma con la que ultimó al delincuente se encuentra en regla y cuenta con la
documentación necesaria para portarla.
Él mismo entregó el arma para que se realizaran las pruebas periciales correspondientes; su versión concuerda con la del video que entregaron los propietarios de la taquería, donde se observa cómo un delincuente se acerca a la mesa donde están sentados su patrón —el hombre del traje gris— junto con el menor y la mujer de la tercera edad, al sentirse agredidos, el escolta accionó su arma.
Después de que el Ministerio Público le tomó la declaración y que sus abogados argumentaran la legítima defensa, el “justiciero” de la Narvarte salió por su propio pie, pues hasta el momento no hay delito que perseguir en su contra debido a que actuó conforme a su trabajo, lo que es excluyente del delito.
Sin embargo, le pidieron que mientras dure la investigación no puede salir de la Ciudad; el hombre accedió e incluso solicitó que se le permitiera portar su arma al argumentar que es su herramienta de trabajo.
En respuesta, las autoridades accedieron por su seguridad ante una posible represalia por parte de los familiares de la víctima y solicitaron que tanto el nombre del “justiciero” como de sus patrones quedaran en el anonimato.
De cualquier manera, la procuraduría capitalina continúa con la investigación para deslindar responsabilidades, por lo que se están realizando los dictámenes en criminalística y se siguen revisando videos del lugar y se continúan recabando pruebas que serán presentadas a un juez, quien decidirá si el “justiciero” queda exonerado o recibe algún castigo.
Fuente: El Universal