Medio Ambiente

Nuestros hijos y el planeta merecen algo más que soluciones a medias

Publicado por
José Cárdenas

Rodrigo Navarro

 

 

 

 

Cuando participé en COP16 de Cambio Climático, CC invitado por los  Drs. Saruhkhán y Carlos Galindo de CONABIO, el Coordinador Nacional de CONABIO me dijo, “la perdida de la biodiversidad es un tema tan importante o más para nuestro país que el Cambio Climático”.

 

De nuevo invitado por la CONABIO este año participo en COP13 del Convenio de Biodiversidad. Las COP son conferencias de las partes. Reuniones de los firmantes de una determinada conferencia de la ONU donde se  atienden los problemas globales.

Nacen en 1992 en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro donde se adopta un programa de acción llamado Agenda XXI y también se definió el término Desarrollo Sustentable: desarrollo económico, social y uso y conservación de recursos naturales en igualdad de condiciones. “Para alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente debe ser parte del proceso de desarrollo y no puede ser considerado por separado”.

 

Se derivaron tres convenios de ella: acciones contra Cambio Climático, de Desarrollo Humano y Social, y de la Biodiversidad. Desde entonces, la pérdida de la biodiversidad era un problema tan apremiante como la contaminación del aire, el agua y el suelo y la desigualdad social.

 

La historia reciente de la conservación ambiental está plagada, como todo proceso de vida, de claro oscuros. Comenzando que la reunión se lleva a cabo en Cancún. Este centro turístico, la joya de la corona en turismo de nuestro país, seguida de los Cabos y Puerto Vallarta, ejemplo más de desaciertos que de brillantez en materia de conservación de recursos naturales que es la razón que atrae a los turistas a nuestro país, según la Organización Mundial de Turismo, OMT.

 

La Dra. Christine Mc Coy ha realizado un estudio sobre el desarrollo de la ciudad del Norte de Quintana Roo y ha encontrado que Cancún perdió el 77% de su superficie selvática, el 64% de sus dunas costeras y el 68% de sus humedales en los últimos 45 años. Sus playas, al afectarse las dunas costeras por la construcción de más de 100 hoteles e infraestructura, han perdido en 97% de su superficie. La tala y relleno de manglares trajo como consecuencia la devastación que causaron los huracanes Emily y Wilma en 2005.

 

Cancún nació de un proyecto urbanístico interesantísimo que planteaba super manzanas como ciudades auto sostenibles en armonía con la selva y lagunas costeras. Aunque para construir la península donde actualmente se encuentra la zona hotelera, le metieron dinamita a los arrecifes. Un mosaico bien delineado que el crecimiento urbano descontrolado, al no aplicarse la normatividad, quebró en pedacitos irreconciliables.

 

Las dos últimas semanas de noviembre se realizó la COP22 de CC en Marrakesh, evento que pasó desapercibido. Casi 200 países se reunieron para sacar una declaración de adhesión al acuerdo logrado un año antes en COP21 en París que aunque no es suficiente para lograr sus metas un aumento promedio en la temperatura del planeta de menos de 2º C, el triunfo de Donald Trump puso en aprietos.

 

Acordaron continuarlo y países como Rusia, China, India  y Brasil acordaron continuar a pesar de que los EU, como ha amenazado el candidato triunfador, se salga del acuerdo. Acordaron fortalecer y mejorar los esfuerzos para erradicar la pobreza, garantizar la seguridad alimentaria y adoptar medidas más eficientes para enfrentar los efectos del CC. La reunión tuvo muy poca cobertura mediática por el relumbrón de COP13 del convenio de biodiversidad.

 

A las reuniones de Desarrollo social, ya van en la COP43 y las de CC que va en la 22, se les había dado prioridad. Es importante ahora empujar las del Convenio de Uso y Conservación de la Biodiversidad que estamos ahora en la reunión 13.

 

La COP de la Biodiversidad tiene como marco el Convenio de Diversidad Biológica que a diferencia de CC es vinculante jurídicamente. Tiene tres objetivos: conservar la biodiversidad, la utilización sostenible de esta y la participación justa y equitativa de sus beneficios.

 

Lo firmaron 193 países, entre ellos el nuestro. Se le han anexado el protocolo de Cartagena que habla de la seguridad al realizar y aplicar la biotecnología que no solo aplica usar organismos biológicos para producir medicinas, alimentos y remediar la contaminación, sino también las organismos genéticamente modificados lo que es un tema muy espinoso.

 

Después se anexó el protocolo de Nagoya sobre acceso a los recursos genéticos que provee de reglas y normas para que esto suceda y regule acciones como la manipulación genética que aún tiene muchas aristas que discutir.

 

La semana pasada, viernes y sábado tuvimos el Foro de Ciencias en donde científicos mexicanos como Julia Carabias, Valeria Souza, Rodolfo Dirzo, Rodrigo Medellín y el Dr. Sarukhán hablaron de su propia experiencia y trabajo en favor de la conservación. Importantes historias de éxito.

 

El sábado el Dr, Sarukhán junto al secretario Rafael Pacciano a nombre del presidente de México  inauguraron el segmento de alto nivel en donde 140 ministros de medio ambiente, agricultura, pesca y turismo de más de 200 países reunidos discutieron y aprobaron la declaración de Cancún. También recibió el premio Campeones de la Tierra.

 

Esta reunión la organiza la ONU a través de la Secretaria de Relaciones Exteriores de nuestro país y por medio de la SEMARNAT y obviamente coordinada por la CONABIO que tiene un rol fundamental al ser el organismo que investiga el uso y conservación de la biodiversidad en nuestro país.

 

La biodiversidad somos nosotros. Es la riqueza genética, de organismos y ecosistemas. Es la red de vida y sus interrelaciones. Cada individuo, o sea cada uno de nosotros, es parte de una riqueza natural de vida. Somos el resultado de millones de años de evolución de esta biodiversidad.

 

Los seres vivos dependemos unos de otros. La vida del planeta depende de la conservación de la biodiversidad. Debe integrarse a los procesos económicos y sociales de manera que pueda  conservarse para las generaciones futuras.

Escribo esto mientras atestiguo la presentación de la declaración de Cancún que discutieron y acordaron los ministros durante todo el año y este fin de semana terminó de “plancharse” en donde se comprometen a integrar la biodiversidad estableciendo marcos institucionales, legislativos e incorporando un enfoque económico, social y cultural inclusivo con un respeto a la naturaleza y los derechos humanos.

 

Escuchar al presidente Peña Nieto decir que “nuestro verdadero reto es garantizar la protección de la biodiversidad para tener un futuro más sano y una mejor calidad de vida”, declarar la Reserva de la Biosfera del Caribe que añade de un plumazo 5.7 millones de hectáreas marinas. El CDB a deferencia de los de CC protege e incluye a los océanos y los organismos que lo habitan.

 

Esta reserva que aumenta en un 25% las ANP´s en nuestro país, nos hace parecer un país que se preocupa y cuida su biodiversidad. México es famoso por la incongruencia. Ser un país que siembra la mitad de los árboles que necesita el planeta cuando su economía depende del petróleo que es uno de los  principales gases causantes del Calentamiento Global.

 

https://www.youtube.com/watch?v=1cEf0v7b38M

 

Ampliar las ANP´s en 25% cuando el presupuesto destinado a la conservación ha disminuido en casi 50% en la presente administración, es otro claro ejemplo de incongruencia. Solo en el papel y en la palabra. Las acciones se cuentan con los dedos. Ante el foro internacional que es COP13, SEMARNAT por medio de PROFEPA decidió clausurar temporalmente el camino que se  construía en nuestra isla no los vayan a acusar de ecocidas. Nuestro país y nuestros hijos merecen algo más que soluciones a medias. Claro oscuros.

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José Cárdenas