Manifestantes que exigen la renuncia de la presidenta surcoreana Park Geun-hye marcharon el sábado por séptimo fin de semana seguido, un día después de que el Parlamento votó por abrumadora mayoría llevar a un juicio político a la mandataria y puso el destino de su Gobierno en manos de una corte de nueve jueces.
La multitud que colmó una plaza del centro de Seúl, estimada por los organizadores en 200 mil personas, fue significativamente menor a las que asistieron a las manifestaciones de las últimas semanas, pero mucho más festiva: música acompañaba los pedidos de una pronta remoción de Park.
«Reclamamos que el Tribunal Constitucional tome una decisión a conciencia y con justicia y no actúe contra la voluntad del pueblo», dijo en un discurso Jung Kang-ja, uno de los líderes de la coalición de agrupaciones civiles que respalda la protesta.
El primer ministro Hwang Kyo-ahn, que se convirtió en presidente interino el viernes por la noche tras la votación a favor del juicio político a Park, pidió a las autoridades que aseguren que las manifestaciones sean pacíficas y que busquen calmar la ansiedad por la seguridad nacional y tranquilizar a los mercados financieros.
«Por el momento, los mercados financiero y cambiario han estado relativamente estables y no hay señales de movimientos inusuales desde (Corea del) Norte, pero todos los servidores públicos deben estar atentos mientras realizan sus tareas», dijo Hwang en una reunión.
Park fue suspendida luego de que 234 de los 300 miembros del Parlamento votaron por llevarla a juicio político, lo que implica que más de 60 integrantes de su propio partido respaldaron la moción en su contra.
El juicio político, que debe ser revisado y aprobado por el Tribunal Constitucional en un plazo de 180 días para poder remover a Park del cargo, podría convertir a Park en la primera líder electa en el país en ser destituida.
La mandataria conservadora, de 64 años, está acusada de coludirse con una amiga y un ex asistente, quienes ya han sido acusados por los fiscales, para presionar a las grandes empresas para que ofrecieran donaciones a dos fundaciones creadas para respaldar las iniciativas políticas de Park.
La presidenta suspendida, cuyo mandato de cinco años debería concluir en febrero del 2018, negó haber cometido irregularidades pero se disculpó por la imprudencia en sus relaciones con su amiga Choi Soon-sil.
Durante siete fines de semana consecutivos, enormes multitudes se reunieron en el centro de Seúl para manifestarse contra Park y reclamar su renuncia.
Fuente: La Jornada