Los 538 miembros del Colegio Electoral se reúnen hoy en sus respectivos capitolios estatales para sellar o no formalmente la victoria de Donald Trump como Presidente electo de Estados Unidos.
Aunque la votación del Colegio Electoral suele ser un mero trámite, este año toda la atención mediática y política está puesta en este órgano, después de que varios electores recibieran presiones para votar en contra de Trump y negarle la Presidencia.
Los más feroces anti-Trump sueñan con un giro en la votación de último minuto, pero el Colegio electoral debería designar, y casi sin ninguna duda, al empresario como el mandatario.
Los electores se reúnen en forma separada en sus capitolios estatales para votar al Presidente y al vicepresidente, antes del recuento oficial de votos que tendrá lugar el próximo 6 de enero en el Congreso de Estados Unidos.
El empresario ganó el pasado 8 de noviembre las elecciones al lograr 306 votos electorales, superando los 270 necesarios para llegar a la Casa Blanca. Su rival, la candidata demócrata Hillary Clinton, obtuvo 232 votos electorales en los comicios.
Si bien Trump ganó los comicios gracias al sistema del Colegio Electoral, Clinton obtuvo 2.6 millones de votos más que el republicano en el voto popular.
A diferencia de otros países, el Presidente de Estados Unidos no es elegido directamente por los votantes en las urnas, sino que éstos eligen a electores que formarán el Colegio Electoral.
Ocurre que cada estado cuenta con un número determinado de grandes electores, y el candidato que obtiene una mayoría de votos en un estado, se queda ellos.
La situación no es nueva: ya había sucedido en 2000 cuando George W. Bush le ganó a Al Gore.
El Colegio Electoral tiene sus orígenes en los albores de la democracia estadunidense y responde al intento de separar al Congreso de la voluntad del voto popular para elegir al Presidente, aunque la solución intermedia fue la creación del proceso por el cual 538 representantes estatales certifican la victoria.
El cónclave nunca se ha opuesto al resultado de las elecciones, pero sí ha ocurrido en cinco ocasiones que el ganador del voto popular no lo es en el Colegio Electoral.
En teoría, un frente unificado de 232 demócratas podría convencer a 38 republicanos para elegir a un presidente alternativo, pero es poco probable que esto ocurra.
Para ser elegido Presidente, se necesita lograr al menos 270 votos del Colegio Electoral. Si Trump no logra superar ese número, entonces la Cámara de Representantes, en manos de los republicanos, sería la encargada de elegir al nuevo mandatario. Y probablemente votaría por Trump.
Fuente: Excélsior