Los blancos, que cierran la jornada en casa ante el Deportivo La Coruña, cuentan 34 puntos en la cima por los 31 del escolta Barça, con quien empataron 1-1 hace una semana en el clásico disputado en feudo azulgrana.
El equipo de Luis Enrique reaccionó goleando el martes al Borussia Moenchengladbach por 4-0 en la Liga de Campeones y venciendo luego a Osasuna, que encajó su sexta derrota seguida en todas las competiciones y sigue sin vencer en su estadio en la liga, donde clasifica último con siete unidades.
Suárez abrió la lata a los 59 minutos y el argentino Messi cerró el marcador con dos tantos más a los 72 y en los descuentos para paliar la ausencia por sanción del brasileño Neymar y superar en la tabla de goleo a su compañero uruguayo y al madridista Cristiano Ronaldo, quien no fue convocado por Zinedine Zidane para el partido contra el Deportivo.
«Somos el Barcelona, candidato a pelear por la liga y nunca vamos a bajar los brazos, aunque estemos a siete puntos de distancia del líder», dijo Suárez. «Tuvimos ocasiones en el primera tiempo. Sabíamos que cuando metiéramos el primer gol se abriría el partido, y luego lo pudimos cerrar».
La jornada, correspondiente a la 15ta fecha, se completa en la tarde con los cotejos Real Sociedad-Valencia y Las Palmas-Leganés.
La superioridad del Barça sobre Osasuna quedó patente desde el primer instante, con el cuadro rojillo prácticamente incapaz de acercarse con peligro al área de Marc-André ter Stegen y los visitantes cómodos en la circulación de la pelota en el mediocampo, donde Andrés Iniesta, Sergio Busquets y André Gomes combinaban con soltura.
También colaboraban en la elaboración Arda Turan, Messi y Suárez, aunque arriba, la definición era otra cosa. Inicialmente ofuscados, ni el argentino ni el uruguayo acertaron a perforar el arco de Nauzet Pérez, quien se erigió como héroe local en la primera mitad.
En menos de media hora, los azulgranas malgastaron hasta cuatro clarísimas ocasiones de gol. Las dos primeras de Suárez, quien cruzó en exceso un maravilloso servicio con el exterior de Messi y luego impactó el poste en cercana media vuelta, tras proteger un balón cruzado desde la izquierda por Jordi Alba.
Tampoco anduvo más fino Messi, a quien frustró Nauzet con la pierna, pese al engaño del rosarino en el mano a mano. La Pulga tuvo oportunidad de réplica en otro arribo patrocinado por Suárez, pero nuevamente le ganó la batalla el arquero osasunista, elástico en el desvío del globo picado.
La desconcertante falta de poder resolutivo empezó a irritar a los azulgranas, que desguarnecieron por instantes la defensa y a punto estuvieron de encajar el primer gol, pero Oriol Riera no alcanzó el venenoso cruce de Miguel de las Cuevas.
Pudo decantarse de nuevo el marcador del lado de Osasuna tras la reanudación, pero la aventura en solitario de Sergio León, quien se escapó en diagonal y probó un disparo bombeado en carrera, murió en el travesaño de Ter Stegen.
Con el golpe despertó el Barsa y en particular Suárez, quien empujó a puerta vacía un nuevo pase del incorporado Alba, habilitado previamente por Messi.
Jugando nuevamente por el centro, el argentino originó y firmó el segundo gol con conducción, descarga en Denis Suárez, y remate al primer toque del enésimo pase de Alba.
Alex Berenguer rozó el recorte de Osasuna, pero Ter Stegen gozó de su momento de gloria con una buena intervención que dejó sin opciones ni consuelo al cuadro local, victimizado en los descuentos por un gol de orfebrería de Messi, capaz de aguantar el balón rodeado de cinco rivales y engañar al arquero con un disparo pausado y demoledor.
«Estoy muy contento. Quisimos resolver antes, pero hemos sido pacientes, les desgastamos y solventamos las dificultades en la segunda parte», valoró Luis Enrique.
Fuente: La Jornada