La sorpresa, el temor, la ira y el orgullo abrumaron a Jim Downing cuando los aviones japoneses bombardearon Pearl Harbor.
Downing, que entonces era un marinero recién casado, recordó cómo un avión japonés volaba bajo y despacio en su dirección mientras él se apresuraba a llegar de su barco a su casa, tras oír las explosiones y oír avisos del ataque por la radio.
«Cuando consiguió el ángulo adecuado, viró y desató sus ametralladoras», dijo Downing, que ahora tiene 103 años, en una entrevista en un hotel de Waikiki. «Pero por suerte no viró lo suficiente, de modo que pasó directamente sobre mi cabeza».
El veterano recordó haber pensado que el siguiente aviador podría tener mejor puntería. Y al no tener dónde esconderse, «tuve miedo», dijo.
Downing tiene previsto volver el miércoles a Pearl Harbor con unas docenas de sobrevivientes, por el 75 aniversario del ataque que metió a Estados Unidos en la II Guerra Mundial y dejó más de 2.300 militares muertos.
Se espera que los que acudan a la ceremonia en un muelle con vistas al puerto guarden un momento de silencio a las 7:55 de la mañana, la hora a la que los aviones japoneses comenzaron su ataque.
Se cree que miles de militares y ciudadanos acudan al acto o lo sigan a través de una conexión de video por internet.
Downing dijo que acuda a Hawaii para los actos de recuerdo para estar con sus compañeros de barco.
«Nos reunimos y lo pasamos en grande y comparamos nuestras historias», dijo Downing, vecino de Colorado Springs, Colorado.
Su barco, el USS West Virginia, fue alcanzado por nueve torpedos.
«Nos hundíamos y todo lo que estaba sobre el agua estaba en llamas», dijo.
Downing dijo haberse sentido orgulloso cuando veía a los marineros equilibrar el barco mientras zozobraba permitiendo que entrara agua. La táctica hizo que el gran buque de guerra se deslizara hasta el lodo en el fondo.
«De forma instintiva hicieron justo lo correcto en el momento adecuado, sin pensar en sus propias vidas o seguridad», dijo.
El West Virginia perdió 106 hombres. Downing pasó dos horas combatiendo incendios y comprobando las placas de identificación de los muertos para escribir notas personales a sus familias sobre cómo habían muerto.
«Creí que les daría una despedida mejor que sólo una fría nota ‘su hijo murió en combate»’, dijo Downing, que también era el encargado del correo en el barco.
Ray Chavez estuvo navegando en un buque buscaminas, el USS Condor, en la madrugada antes del ataque. Recordaba haberse dado cuenta con sus compañeros de que había un misterioso submarino acechando fuera del puerto.
«A las 3:45 de la mañana del 7 de diciembre, miré y vi un submarino que no debía estar en esa zona», dijo Chavez, de 104 años.
Los marineros informaron del avistamiento y Chavez se fue a dormir. Le dijo a su esposa que no le despertara porque no había descansado nada en la atareada noche.
«Parecía que sólo había dormido 10 minutos, cuando me llamó y me dijo ‘nos están atacando’. Y dije, ‘¿quién va a atacarnos?’ Ella dijo ‘los japoneses están aquí y lo están atacando todo»’, recordó Chavez.
Hoy en día, mucha gente trata a Chavez y a otros sobrevivientes de Pearl Harbor como celebridades, pidiéndoles fotos y autógrafos. Pero Chavez dijo que los actos tratan de los caídos.
«Les estoy homenajeando a ellos, no a mí», afirmó.
Fuente: Noticieros Televisa