Al menos 13 soldados turcos murieron y otros 48 resultaron heridos este sábado por la mañana en un atentado contra el autobús en el que viajaban en la ciudad de Kayseri, en el centro de Turquía, anunció el ejército turco.
Los militares -soldados rasos o suboficiales- tenían permiso para salir del cuartel durante el día, explicó el ejército en un comunicado.
Según esta fuente, también podría haber víctimas civiles.
La explosión, que ocurrió a las 08:45 (05:45 GMT), tuvo lugar una semana después del atentado que dejó 44 muertos en el centro de Estambul, reivindicado por un grupo armado kurdo.
El viceprimer ministro Veysi Kaynak declaró en la televisión que el ataque de Kayseri «desgraciadamente se parece» al de la semana anterior en Estambul.
Las primeras imágenes de televisión mostraban un autobús destrozado sacando humo.
El vehículo pertenecía a la agencia de transportes municipales de Kayseri, pero transportaba militares de permiso hasta un mercado local, según la agencia de prensa Dogan.
La bomba, colocada en un coche, estalló cuando el autobús pasaba, precisó la agencia. Por el momento, no había ninguna indicación de los autores del ataque.
Numerosas ambulancias y vehículos policiales se encontraban ya en el lugar de la explosión. El ministro del Interior, Suleyman Soylu, se dirigía también hacia allí.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue informado del ataque por el jefe del Estado Mayor, el general Hulusi Akar, añadió la agencia.
El gobierno impuso una prohibición temporal de difundir imágenes del ataque, una medida que se aplica tras los principales incidentes de los últimos meses.
Kayseri es una de las principales ciudades del interior del país y un centro industrial, que no suele ser blanco de atentados.
‘La maldición del terrorismo’
Desde el verano de 2015, con la reanudación del conflicto kurdo y los combates en Siria, Turquía ha sido víctima de una serie de atentados atribuidos al grupo Estado Islámico (EI) o al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y a sus grupos afiliados.
En junio, 47 personas murieron en un triple atentado suicida en el aeropuerto internacional de Atatürk de Estambul, en un atentado atribuido al EI.
En el sudeste del país, en Gaziantep, 57 personas perdieron la vida en agosto en un atentado suicida durante una boda kurda, un ataque cuya autoría también se achacó al EI.
El 10 de octubre de 2015, 103 personas fallecieron en un doble atentado suicida en la principal estación de trenes de Ankara, durante una manifestación prokurda. Este atentado, el más mortífero perpetrado en Turquía, también se atribuyó al EI.
Por otra parte, el país se recupera de un fallido golpe de Estado el 15 de julio, que según las autoridades turcas fue orquestado por el predicador Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos y que desmiente estas acusaciones.
Tras la intentona golpista, el gobierno turco lanzó una purga masiva que fue más allá de la búsqueda de los supuestos golpistas, alcanzando sectores prokurdos y medios de comunicación.
El doble atentado del 11 de diciembre en Estambul iba dirigido contra los policías que se encontraban cerca del estadio de futbol del Besiktas. Fue reivindicado por los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), un grupo radical vinculado al PKK.
Tras este atentado, el presidente Erdogan prometió que Ankara lucharía «hasta el final contra esta maldición que es el terrorismo».
Fuente: La Jornada