El senador panista Roberto Gil Zuarth sostuvo que la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto, en donde plantea que el procurador General de la República (PGR) no se convierta automáticamente en el titular de la Fiscalía General de la República, tiene el propósito de romper las percepciones del espacio público, en el sentido de que había la intención de blindar su administración.
Resaltó que otra motivación es desvincular la discusión del nombramiento con el modelo de Fiscalía que México necesita, al ser un ente autónomo, para acabar con la impunidad y lograr mayor eficacia en la persecución de los delitos.
En entrevista con José Cárdenas recordó que, con la reforma constitucional de 2014, la Fiscalía General pasa de ser un órgano dependiente del Ejecutivo a convertirse en un elemento constitucionalmente autónomo, «se trata de un cambio diametral, la forma en que interactúa el Poder Ejecutivo, con quien se encarga de perseguir los delitos, precisamente para evitar estas sospechas que se habían instalado en el espacio público, el presidente mandó una buena iniciativa».
Destacó que, de ser aprobada, la iniciativa permitirá al Senado de la República ocuparse en un buen modelo de Fiscalía General, atender una construcción legislativa, que garantice que el nuevo Modelo de Justicia Penal tenga un reforzamiento de los criterios públicos.
«El fiscal deberá contar también con las garantías institucionales que generemos, con los incentivos que tenga para comportarse con imparcialidad y autonomía, por supuesto que no vamos a encontrar, creo, a una persona impoluta, que no tenga una relación, amistad, que no tenga una trayectoria en un sector público o privado, del cual se le pueda señalar que tiene algún vínculo».
Ante ello, dijo, lo que corresponde es blindar el cargo, que se aleje de intereses y encontrar los incentivos correspondientes para que se apegue a la ley.
Respecto a la iniciativa del senador priista, César Camacho, que dota a las fuerzas armadas de un marco jurídico para investigar y actuar ante amenazas, principalmente contra el crimen organizado, Gil Zuarth señaló que ello es ante la debilidad crónica de las instituciones civiles de policías.
«La misión de las Fuerzas Armadas no es la de ser policías, pero desde hace 10 años lo están haciendo, y lo están haciendo en un marco de irregularidad, sin certeza jurídica, sin un marco de protección a su propia actuación, pero tampoco con una serie de responsabilidades y tramos de control».
Resaltó que la Suprema Corte ha permitido la intervención de las Fuerzas Armadas, únicamente en casos graves o en casos en donde la capacidad institucional del Estado mexicano sea débil.
«En la que yo presenté jamás se rompe esta división entre la función de las policías y de las Fuerzas Armadas, siempre debe haber conducción política y civil en cualquier escenario. Si queremos que regresen a sus cuarteles, primero tenemos que decir en qué supuesto pueden estar en las calles».
El senador del Partido Acción Nacional (PAN) sostuvo que este es un tema urgente, por lo que es el momento de construir los consensos políticos, «el país no se va a pacificar mientras sigamos actuando en la irregularidad, mientras no tengamos cuáles son los espacios definidos de unos y de otros».