A sus 44 años, Ricky Martin confirmó que aún vive la vida loca ahora con su One World Tour, que presentó esta noche en el Forum de Mundo Imperial.
Acapulco, fue la nueva parada de Ricky en su gira internacional que comenzó en 2015 y lo ha llevado a más de 90 países, como parte de la promoción del disco «A quien quiera escuchar».
El show tuvo momentos de dance, rock, baladas y hasta tribal, por lo que el boricua se cambió varias veces la ropa.
Muy elegante: pantalón, saco y corbata negra, y camisa blanca, Ricky, al centro del escenario entonó «This is good»; para «Muévete duro» se deshizo de la corbata; más casual interpretó «Shake your bon bon»; y, con nueva camisa «Adrenalina», con la que los ánimos también subieron junto con los brazos de los asistentes.
«Buenas noches Acapulco, ¿cómo estás hoy? Señores tengo mucho tiempo sin venir y lo único que quiero es pasarla bien, ¿estamos listos para pasarla bien?
«Espero que se queden sin voz de tanto cantar y todos sudados, ¿creen llegar a esos niveles?», expresó.
Tras un intenso y bailable inicio todo parecía que llegaría a la parte romántica al escuchar «Tal vez», sin embargo, en la pantalla superior apareció un Mustang y Ricky lo abordó para dar un paseo y «Livin la vida loca».
Con sus sensuales movimientos, animados bailarines y gran repertorio musical, el boricua provocó que los fans pasaran por varios estados de ánimo en un segundo.
Tras tener a los cerca de cuatro mil asistentes de pie, se proyectó un video de Fundación Ricky Martin para interpretar «Asignatura pendiente» y todo el público cantará en sus asientos.
De esta misma forma sus seguidores acompañaron al cantante ahora con las manos al aire ante «Disparo al corazón», «Tu recuerdo» y «A medio vivir», tema con el que el público se puso nuevamente de pie.
Con «Y todo queda en nada», «Fuego de noche, nieve de día» y «Vuelve», el romanticismo llegó a su clímax, popurrí con el que hasta el personal de seguridad se concentró tanto que se descuidó y una fan logró colarse para besar al cantante.
«Vente pa’ ca» provocó que el Forum Imperial se inundara de gritos y se convirtiera en una disco en la que ni una sola alma se quedó en su asiento para bailar al ritmo de «Lola, Lola», «María», «La bomba» y «Por arriba, por abajo», tema con el que llegó la parte favorita de Ricky, en la que dividió al público en dos para cantar el coro con coreografía incluida y desaparecer del escenario.
Luces móviles, ocho pantallas de alta definición e igual numero de bailarines, máquinas de humo y una producción de varios millones fueron opacados por las caderas del puertorriqueño, quien con cada movimiento provocaba y enloquecía a sus fans.
El público sudado, extasiado y con ganas de más, exigió el regreso del cantante, que no decepcionó y volvió, vestido todo de blanco e interpretó «Pégate», «La Copa de la vida» y «La mordidita», tema con el que el show llegó a su fin, no así su visita por México, toda vez que en próximos días se presentará en el Auditorio Nacional.
Fuente: Radio Fórmula
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